La enorme torre es la gran protagonista del Castillo de Feria, una de las edificaciones más antiguas y legendarias de la localidad. Situada a 60 kilómetros de Badajoz, fue paradójicamente bautizada como “El Faro”. Su presencia se impone no sólo en las alturas, sino también muchos kilómetros a la redonda.
La ubicación privilegiada de la edificación hizo de este punto uno de los principales asentamientos. El sitio donde hoy se encuentra el Castillo de Feria fue fortaleza defensiva desde el siglo XI. La altura del terreno, que históricamente ha sido aprovechada como locación estratégica militar, hoy en día se convirtió en un beneficio turístico que permite a los viajeros disfrutar de una postal panorámica única en su especie. Desde la altura también se puede apreciar la huella irregular de las murallas sobre el terreno, como muestra la imagen de Jesús Perez Pacheco.
Antes de llegar a lo más alto de la torre los turistas caminan por el interior del recinto amurallado encontrándose, en una de las puertas principales, con una inscripción en letras góticas que reza: “El que quiera saber lo que ha costado construir esta torre, que haga una igual“.
Antiguamente llegar hasta su entrada era una tarea difícil. Hoy su acceso asfaltado lo hace viable, aunque sus pronunciadas pendientes requieren un gran esfuerzo físico.
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