Revista Insólito
El Faro de La Mola, un lugar mágico y único de Formentera
Publicado el 23 febrero 2016 por Husmeandoporlared @husporlaredEs hora de decidirse por hacer una escapadita de fin de semana y encontrar un alquiler de moto en Ibiza o Formentera, para visitar una de las joyas que tiene las Islas Baleares: Faro de La Mola, elevado a 142 metros sobre el nivel del mar.
Su construcción se llevó a cabo entre los años 1859 y 1861, siguiendo el Ingeniero de caminos, canales y puertos, Emili Pou el responsable del proyecto que ordenó construir la reina Isabel II. En cuanto se acabó de construir, el faro se inauguró el 30 de noviembre de 1861.
En sus inicios, su dispositivo consistía lámpara de aceite y una óptica catadióptrica de segundo orden fija. Posteriormente, le instalaron doce paneles catadióptricos que a día de hoy prestan servicio y sustituyeron los mecheros de mechas concéntricas por un sistema de alumbrado por incandescencia de vapor de petróleo.
Finalmente, fue electrificado en 1970 utilizando una lámpara poligonal de doce lados trifásica de 3.000 vatios capaz de generar un alcance de 23 Millas Náuticas. Cuenta dos generadores electrógenos para situaciones de emergencia.
El mágico Faro de La Mola está situado en el extremo oriental de la isla de Formentera, al filo del acantilado y a 142 metros sobre el nivel del mar. Tiene 19 metros de altura y fue el primero que se construyó en la isla. Desde allí pueden contemplarse amaneceres, disfrutar del vuelo de las gaviotas y cargarse de energía.
Cerca del faro, una placa conmemorativa de 1978 recuerda que el escritor Jules Verne en su novela, Héctor Servadac convierte a La Mola en el lugar donde transcurre la acción y sirviera de inspiración para su otra obra El faro del fin del mundo, ya que es la sensación que vivimos cuando estamos sentados frente al acantilado, y la sombra del faro es reflejada en el mar, haciéndonos sentir diminutos frente a la inmensidad del mismo.
Se ha convertido en un lugar imprescindible cuando visitamos Formentera y la mayoría de turistas que vuelven a Formentera, no se despiden sin volver a visitar estos acantilados así como las tiendas repletas de productos de artesanía del Mercado de La Mola.
En dos ocasiones el faro dejó de iluminar la zona. En una ocasión fue durante la guerra de Filipinas y en otra ocasión durante la guerra Civil española.