Introducción preliminar:
Se dice que la escritura apareció aproximadamente en el 3500 a.C. De acuerdo con ello, tendríamos cerca de 5500 años de tranmisión de conocimiento por la vía de la escritura. Podríamos, sin embargo, reducir este periodo significativamente hasta la "invención" de la imprenta por parte de Gutemberg a mediados del siglo XV. Con la escritura, y más aún con la escritura masificada, la transmisión del conocimiento se pudo amplificar de manera exponencial. Esto, a su vez, permitió que se dieran importantes cambios en el mundo, puesto que la masificación de libros hizo posible que la revolución científica iniciada a partir de Copérnico explotase en la faz de la Tierra. Es claro, la escritura estimuló el pensamiento racional en la raza humana.
Sin embargo, no todo lo que se escribe es ciencia. De hecho, si alguien sabe esto es precisamente el ser humano que ha vivido el auge de las redes sociales en el siglo XXI. La escritura de ficción, la masificación del tratado político, y la poesía también se masificaron. La escritura, en consecuencia, le habló a la razón humana, pero no solo le habló a a la razón humana, sino también a sus emociones, a sus pasiones.
Una de las personas que supo hace esto último -hablarle a las pasiones humanas- fue Benito Mussolini, Il Duce. Mussolini fue padre de un movimiento político en Italia, que se llamó el fascismo. El fascismo, a su vez, es una simplificación del nombre del movimiento -y posteriormente del partido- creado por Mussolini en 1919, el Fasci Italianni di Combattimento. El nombre del movimiento, que posteriormente dio nombre a su partido (Partido Nacional Fascista), y el símbolo que utilizó Mussolini provenían de un objeto simbólico de la época de la antigua Roma (no es correcto decir que del Imperio Romano, porque su uso existía antes de que Roma fuese un imperio) y que son los "fasces" o "haces de lictores", objetos que denotaban el poder o la especial dignidad de quien venía precedido por este símbolo.
Imagen tomada de Wikipedia. Enlace aquí.
Los fasces, como el que porta el líctor de la imagen, era una muestra de poder, y el fascismo en esencia era un movimiento político basado en la idea de tomar el poder político, y aumentarlo a través del ejercicio de la fuerza, en sus diversos ámbitos.
Hoy, tras la muerte de Benito Mussolini en 1945 y el fin del fascismo italiano, el término fascista se utiliza como un calificativo peyorativo de políticos, pero se utiliza de una manera tan libre, que en muchas ocasiones quien lo utiliza no es plenamente consciente de las implicaciones semánticas del uso de ese vocablo. Tan solo quien lo usa sabe que "insulta", y quien lo recibe sabe que es "insultado". En general, dentro de la selección de la palabra, quien lo usa sabe que el fascismo fue un movimiento autoritario, y por lo tanto, es un insulto que en Colombia se suele aplicar a quienes son de pensamiento de derecha.
Es difícil, sin embargo, determinar por qué razón fue el uso de ese término (fascista) y no el de algún otro de los movimientos políticos cotenmporáneos, el que llegó a perdurar. Mussolini era un completo autoritario, pero también lo Hitler (nazismo), Stalin (comunismo) o Mao (comunismo). Los cuatro eran sanguinarios y autoritarios, pero dos de ellos eran de un pensamiento de derecha, y dos de ellos de izquierda. En consecuencia, parecería que el apelativo de fascista no puede necesariamente ser sinónimo de autoritario.
Personalmente, y así lo confieso abiertamente, creo que la mayoría de personas a las que les encanta el uso del término, realmente no tienen muy claro qué es el fascismo, su origen, su teoría, su praxis. Esta serie de tres ingresos en el blog no pretenden agotar el tema, pero sí al menos aproximar suficientemente a los lectores (valiéndome de esa idea inicial de facilitar la difusión del pensamiento racional) a esta "realidad política" que fue el fascismo, en su teoría y en la práctica. Estoy seguro que más de uno quedará sorprendido al ver que muchas de las cosas que verá aquí, las puede ver en la práctica política en personas muy distintas a las que inicialmente pensaría.
El contexto histórico:
Es mi experiencia al estudiar eventos históricos, que uno puede "saber" cosas, o "creer saber" cuestiones históricas, pero no puede realmente dimensionar el alcance real de estos saberes, si no los ha estudiado en el contexto real en el que se dieron. Entender la vida y obra de Jesús si no se tiene mediano conocimiento de cómo era el pueblo judío de su época, así como el ejercicio de Roma en Palestina de esa época, es perfectamente posible. Sin embargo, con información de contexto, es mucho más valiosa la información recibida. Lo mismo podría predicarse del juicio a Galileo por sus afirmaciones científicas que reñían con la verdad defendida por la fe cristiana. Se puede perfectamente entender y aprender, pero quizá no en su verdadera dimensión.
Algo similar ocurre con el surgimiento del fascismo. Los contemporáneos creen (o creemos) ser tan brillantes e inteligentes para evitar que algo como el holocausto judío por los nazis vuelva a ocurrir. Pero es precisamente por esa soberbia, sumada al desconocimiento de la Historia, lo que nos hace incurrir en el mismo tipo de errores en los que se incurrió en el pasado, pero creyendo que somos más inteligentes y precavidos que ellos (los de esa época). Por ello, es que se presentará algo del contexto en el que se dio el fascismo.
Para poder entender por qué algo como el fascimo se presenta en Italia, es necesario entender dos realidades: la reciente historia política de Italia, y la realidad económica de Europa a inicios del siglo XX.
Respecto del primer punto, debe entenderse que Italia venía de un proceso de unificación de tan solo algunas décadas antes. Para ponerlo en contexto, la distancia que hay entre el momento en que Mussolini creó el Partido Fascista (1921) y el momento en que se proclamó el Reino de Italia (1861) transcurrieron 60 años, que es casi el mismo tiempo que transcurrió entre la caída de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla (1957) y la firma del acuerdo de paz entre el Estado de Colombia y la extinta FARC. Se trata de poco tiempo, en el contexto de la historia mundial.
Luego de la unificación de Italia, se dio la Primera Guerra Mundial, que finalizó con el Tratado de Versalles en 1919. La guerra era el tema político del momento durante la segunda parte de la decada de 1910 a 1920 en toda Europa. Italia no era la excepción. Italia se debatía internamente entre inmiscuirse en la guerra, y no hacerlo. Finalmente, luego de haberlo hecho, y formar parte del bando vencedor, sus réditos en la guerra fueron claramente inferiores a los de otros países. Por ello, había un problema de la visión que tenía el mundo de Italia, y que tenía Italia de sí misma para los finales de la década.
La realidad económica de Europa a inicios del siglo XX era complicada. Durante finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX, dominó el modelo económico defendido por el capitalismo liberal. El problema con el modelo, como es sabido por los lectores comtemporáneos, es que es un modelo que no es equitativo, y por lo tanto, hay algunos que ganan mucho y muchos que ganan poco o nada. Sin embargo, era la realidad económica del siglo XIX. En ese siglo, sin embargo, se dio el auge del ideario socialista, tanto con el socialismo utópicos de inicios de siglo, como con el socialismo científico de fines de siglo.
Mussolini mismo tuvo sus inicios en la política en el seno del partido socialista italiano. Según diría posteriormente en sus propias palabras, en su juventud, el no había conocido nada distinto del socialismo. Como se verá en próximas entradas, el fascismo distará mucho del socialismo. Fue, sin embargo, el nacimiento político de Mussolini. Allí estaría, hasta que fuera expulsado del partido, por sus posturas políticas, en 1914, cuando había iniciado la Primera Guerra Mundial.
A finales de esta guerra, se daría otro hecho de relevancia histórica mundial, el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia, y la implantación del modelo económico comunista, que sería la base de Unión Soviética. Estos hechos, la creación del Partido Nacional Fascista en Italia, y la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se dieron con muy poco tiempo de distancia. En 1917 se inició la revolución rusa, en 1921 se fundó el Partido Fascista en Italia, y un año después se creó la Unión Soviética. Observen la proximidad de las fechas, algo que será muy relevante frente a lo que fue el fascismo en Italia y en el mundo.