Reconozco que con Tesla me he equivocado. Pensaba, y así lo he dejado escrito en este blog en numerosos post, que su futuro pasaría por ser engullido por alguno de los grandes consorcios automovilísticos. Pero, por ahora, y parece que por mucho tiempo, no es así.
De hecho, ayer alcanzó un valor en bolsa de 1 billón de dólares (1 trillion en inglés).
Es un fenómeno que merece ser estudiado, fruto de la visión y la perseverancia de uno de los moonshooters que están cambiando la fisonomía del mundo empresarial en el siglo XXI: Elon Musk.
Porque, además, ese valor bursátil, ¡supera el valor de la suma los 9 siguientes fabricantes! Y eso ocurre cuando Tesla fabrica 500.000 vehículos al año de los 90 millones anuales que se fabrican en total. ¡No llega ni al 1% de los autos construidos en el mundo.
Sin duda los inversores, al menos los que invierten de un modo racional, presumen que Tesla va a seguir creciendo más que ningún competidor en venta y beneficios en los próximos años. Y ello a pesar de que todos los fabricantes mundiales están lanzando vehículos eléctricos que pretenden competir con los de Tesla y robarle cuota de mercado.
Como digo, es un fenómeno digno de estudio...