Antes de la Época Victoriana cada ciudad tenía su propio horario. Ahora nos puede parecer sorprendente e incomprensible, pero en esa época no todas las ciudades británicas se regían por la misma hora. La llegada del ferrocarril (recordemos que en septiembre de 1825 se pone en servicio en Inglaterra el primer ferrocarril del mundo) hizo necesario adoptar un horario común para todos aquellos lugares por los que pasaba, ya que se necesitaba elaborar un horario de trenes. Esto obligó a adoptar un horario estándar para todo el país.
Mary Smith haciendo su
trabajo de knocker upper
En esta época todavía no se habían inventado los despertadores, así que era el ruido de las máquinas de las fábricas empezando a funcionar lo que indicaba a los trabajadores que era el momento de levantarse e ir a trabajar. Además, muchas empresas contrataban a los “llamadores” ("knocker uppers" en inglés); su trabajo consistía en golpear las puertas de las casas de los obreros para despertarlos y hacerles saber que era hora de acudir al trabajo. Utilizaban para ello, palos, largas, baras o guijarros. Lo hacían dando ligeros golpes en las ventanas de aquellos trabajadores que pagaban sus servicios, lo suficientemente fuertes para despertarlos pero no lo bastante para despertar a quienes no pagaban. Business is business.

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