Me ha llegado la programación del festival de Mérida, que se celebrará entre el 16 de julio y el 29 de agosto, y en el que se ofrecerán siete espectáculos. Hace tan sólo unas semanas, la prensa extremeña aseguraba que el presupuesto para esta próxima edición se iba a recortar en 800.000 euros, que iba a durar un mes y que se iban a ofrecer cinco espectáculos; o no estaban bien informados (algo que me sorprendería) o Francisco Suárez, el director del certamen, se ha movido con rapidez para engordar la programación.
El griego Dimitris Papaioannou, uno de los nombres más destacados de la escena griega (fue quien dirigió las galas de apertura y clausura en los Juegos Olímpicos deAtenas, en 2004), presentará Medea, un espectáculo de danza basado en el texto de Eurípides. Es un mito el de Medea que Papaioannou conoce bien, ya que esta será su tercera incursión en él. El espectáculo nacerá y morirá en Mérida, según la reciente costumbre del festival de crear trabajos exclusivos (lo fue el Edipo de Jorge Lavelli hace dos años y la Medea de Pandur en 2009). Seguirá después la versión de Electra, de Sófocles, que ha estrenado recientemente en el Teatre Nacional de Catalunya Oriol Broggi. Mi colega y amigo Marcos Ordóñez hablaba de ella el pasado sábado en Babelia y subrayaba la excepcional interpretación de Clara Segura, una actriz portentosa (y la que aparece en la imagen).
Es muy atractivo sobre el papel el Prometeo encadenado que va a dirigir Carme Portacelli sobre la versión que Heiner Müller escribió del texto de Esquilo. Carmen Elías encabeza el reparto. Lisístrata será otro de los estrenos del festival. Joaquín Oristrell ha escrito la versión del texto, y el espectáculo lo dirige el siempre imprevisible Jérôme Savary; estará Paco León en el reparto, y hay que preguntarse si, conocida su capacidad camaleónica, no será él Lisístrata.
Se podrán ver también en Mérida el Calígula, de Camus, que Santiago Sánchez pasea desde hace meses por España; la Electra de Pérez Galdós producida para el aniversario del teatro canario que lleva su nombre, y cuya dirección, después de pasar el texto por varias manos (entre ellas las de Juan Carlos Pérez de la Fuente y Tamzin Townsend), será de Ferrán Madico; y, para concluir, la magnífica versión de El avaro de Molière, dirigida por Jorge Lavelli y protagonizada por Juan Luis Galiardo, que acaba de estrenar el Centro Dramático Nacional.