El filtro (I): Habituación y sensibilización

“Es preciso que cambiemos nuestra forma de ver para que acabemos cambiando – aunque ya sea, quizás, demasiado tarde – nuestra forma de pensar”
- Friedrich Nietzsche

¡Hola a todos!
Hoy quiero tratar un tema más serio, así que vamos a intentar mantenernos despiertos. Voy a hablar de cambiar nuestra realidad, de mecanizar respuestas, de educación y todo esto en torno a…

El Filtro

Filtro: Sistema de selección en un proceso según criterios previamente establecidos.

Para entender como nos afecta esto a la hora de comunicarnos primero tengo que explicar dos conceptos distintos que forman parte del filtro: la habituación y la sensibilización.

1.-La habituación

La habituación es una forma de aprendizaje básica e inherente al ser humano. ¿Verdad que cuando empezasteis a conducir era un infierno y sin embargo ahora lo haceis de la manera más natural y sin esfuerzo alguno? Pues es todo gracias a la habituación. La habituación consiste en que ante la repetición de un evento o estímulo el cerebro se acostumbre a la misma respuesta hasta que ya no genere una distinta, durante el proceso una neurona “se une” a otra y se forma un camino, que determina la información final.

Es decir, ante “Evento A = Respuesta B”.

Las respuestas mecánicas resultantes son inmensamente necesarias, ya que, imaginaos si cada vez que subimos al coche tenemos que pensar en cómo accionar la palanca, pulsar el freno, etc. Ahora veamos la siguiente…

2.- La sensibilización

La sensibilización se trata trata del aumento de una respuesta específica ante un estímulo debido a la repetición de éste. Va muy ligada al concepto anterior e implica que cuantas más veces experimentemos el mismo estímulo, más veces daremos como resultado la misma respuesta.

Vamos, que si somos una chica, estamos en un bar y se nos acercan 5 tíos de la misma manera y a todos les decimos que no, mientras sigamos percibiendo esa similitud de estímulo seguiremos expresando el mismo resultado, un no.

Como nos afectan estos dos conceptos: Habituación y sensibilización

Estas habituaciones y sensibilizaciones constituyen la mayor parte de todo lo que hacemos. Son el conjunto de respuestas automáticas a muchas tareas y estímulos que vamos viviendo y según hayamos experimentado la realidad, tendremos ciertas respuestas a ciertos estímulos y otras respuestas a otros estímulos, o dejamos de responder a otros, también.  Es decir, que mecanizamos respuestas como si fuéramos robots, porque si no nos volveriamos locos procesando tantos estímulos.

Ahora bien, desde que somos pequeños recibimos estímulos una y otra vez, muchos de estos similares en cuanto a contexto y contenido, estos estímulos pasan por nuestro filtro e inconscientemente la respuesta más repetida es la que queda asociada, siendo esta correcta o incorrecta.

Osea, que si cada vez que te habla un señor por la calle cuando eres niña, tus padres te dicen: “no hables con señores desconocidos” una y otra vez (con toda su buena fe y amor), filtro determinará que “Desconocidos que me hablen por la calle = No hablar con ellos”.

Y así con miles de respuestas que quedan grabadas en nuestro cerebro, de manera que ya no tengamos que pensar en realizarla, simplemente lo hacemos y ya. Como os daréis cuenta se trata de un arma de doble filo, ya que a pesar de ser necesario para nuestra supervivencia nos puede putear mucho, limitándonos a vivir experiencias que puedan ser impresionantes, o teniendo respuestas asociadas que no son efectivas para desenvolvernos en sociedad.

YAGO

Muy pronto: El filtro (II) y el desarrollo personal