Revista Sociedad
En enero ETA anunció un alto el fuego permanente, general y verificable. Después de la tregua trampa y de la tregua rota había muchas razones para desconfiar. Con todo, seguía significando una ausencia de violencia mientras durara. En aquel comunicado había una insistencia en la territorialidad y en la autodeterminación.
Ahora se anuncia el fin definitivo de su actividad en un comunicado que no dice nada acerca de territorios ni de autodeterminaciones. Es un avance en todos los sentidos. Solo quedan dos cosas, la disolución y la entrega de armas. Con la lentitud que se mueven las cosas, diría que eso irá para largo. Tal vez cuando se den cuenta de una vez que han perdido todo protagonismo y no son nadie en el País que dicen haber defendido.