Fotos: Corresponsalía de Piedra OnLine en la Casa Rosada (Cristian García Photo Press)
En el imaginario neuquino, entrar al mundo del petróleo es igual a "salvarse" para toda la vida. El frío del campo, las inclemencias y el duro trabajo, bien valen la pena si a fin de mes se recibe un salario que, según las estadísticas del INDEC, es el más alto del sector privado en Argentina.
Pero desde ahora, cualquier persona que sueñe con el mameluco y la 4X4 lo pensará dos veces. La adenda al convenio colectivo de trabajo que se firmará antes de fin de mes entre los gremios, las empresas petroleras y el Ministerio de Trabajo implica el fin a los supersueldos petroleros, que podrían sufrir una poda de hasta al 30% en el caso de los empleados de servicios especiales, que son unos 4.000.
"Lógicamente que (el trabajador) va a ganar menos, pero va a poder disfrutar de su familia", razonó el martes el titular del sindicato de Petroleros, Guillermo Pereyra, en una extraña defensa ante las acusaciones de flexibilización. El pragmático dirigente cegetista asegura que evitó una sangría de puestos de empleo resignando algunos de los beneficios que tenía el sector, aunque según su mirada no se perdió nada, sino que se creó un régimen laboral más ordenado.
En parte, las afirmaciones son ciertas. Puertas adentro del sector existen hoy decenas de esquemas diferentes, con jornadas de trabajo particulares, pagos de bonificaciones y arreglos sui generis. Así, por ejemplo, una persona que se desempeña en servicios complementarios de torre cobra alrededor de 45.000 pesos netos, mientras que una que está en servicios especiales -la vedette de Vaca Muerta- puede llegar a duplicar ese monto.
Pero los recibos de sueldo del petróleo son laberínticos. Los básicos en algunos casos no superan los 8.000 pesos. El grueso de lo que el trabajador recibe en el bolsillo lo terminan componiendo las horas extra y las denominadas horas taxi, que son aquellas que los petroleros pasan en stand by -en el pozo, en la base o un tráiler- pero afectados a la empresa.
El nuevo convenio directamente elimina estas últimas. Así, el trabajador de servicios especiales que antes hacía jornadas de 12 horas en el pozo y otras 12 en la base, sólo cobrará las primeras. Ese fue el principal ítem de descuento que sufrieron días atrás los trabajadores de Halliburton y Schlumberger y que derivó en protestas y despidos.
También habrá diferencia en la liquidación de horas extra (cuyo monto estará tipificado en la adenda). A su vez, según pudo saber este medio, el acuerdo le pondrá un techo a la cantidad de personas que deben integrar cada línea de trabajo. Este punto también es clave, porque la diferencia entre empresas es muy grande.
Alrededor de 4.000 personas componen el universo de los denominados servicios especiales de perforación y producción. Trabajan en las empresas más grandes del sector, como Schlumberger, Halliburton, Baker, Weatherford, Calfrac o Ecostym, entre otras. Son los que llegan una vez que el pozo está terminado para ponerlo en producción. El caso más emblemático de los últimos años es el de las líneas de fractura, que se multiplicaron con el boom de Vaca Muerta en 2014.
Sin embargo, dentro de este mismo rubro, hay diferencias de criterios. Algunos trabajan 12 horas y cobran otras 12 de horas taxi. Otros, no cobran horas taxi, pero se le liquidan 16 (12 de trabajo y cuatro extras). Todos, eso sí, cobran la hora de viaje desde sus casas hasta las bases en Añelo.
La adenda al convenio pretende emparejar esa situación, emulando los esquemas de Estados Unidos. Además de lo salarial, también habrá cambios operativos, como el montaje y desmontaje nocturno de torres o la posibilidad de trabajar con viento a los 60 kilómetros por hora, mientras que antes el tope era de 30.
Aunque Pereyra insista con que el viejo convenio sigue en vigencia y que esto sólo incluye al no convencional, la intención de las empresas es que en pocos años todos los trabajadores del sector queden bajo esta adenda. En principio, porque los viejos campos están en un proceso de declive y con dotaciones mayores a las necesarias, que seguramente pasarán a trabajar en los yacimientos shale o tight de la provincia.
Pero esto también podría ocurrir con los nuevos trabajadores, ya que la adenda incluiría un punto para que todas las incorporaciones se hagan bajo el efecto de las nuevas reglas del juego.
Las grandes ganadoras de este cambio son, sin duda, las empresas de servicio. Este puñado de firmas ejerce una suerte de oligopolio con alto poder de fuego y que, curiosamente, permanece fuera de las discusiones políticas. Ahora podrán bajar los costos salariales y aumentar su brecha de ingresos a medida que la actividad repunte.
También las operadoras se verán beneficiadas, en momentos donde la competitividad es una condición sine qua non para el desarrollo de Vaca Muerta.
"Son menos horas de trabajo, mejores condiciones. El trabajador va a ganar menos, pero podrá disfrutar de su familia".
Guillermo Pereyra, artífice de esta reforma laboral, negó flexibilización.
"Los millones no son importantes en sí mismos. Esto va a ser una verdadera revolución del trabajo en torno a este recurso".
Un expectante Mauricio Macri al anunciar el acuerdo sectorial.
Los números 12 son las horas taxi por día que cobraban algunos petroleros. Ahora dejarán de percibirlas, y no quedarán afectados.
$ 8.000 es el básico que tienen algunos petroleros, engordado luego por otros conceptos.
50% del sueldo es lo que reciben de forma aproximada los petroleros que no suben al campo y se quedan en la base.
El nuevo acuerdo le pondrá un techo a las dotaciones de personal que integrarán cada línea de servicios, para corregir las grandes disparidades.
Dotaciones. Se tipifica y define la cantidad de personas que trabajará en cada línea. Se busca ajustar a la etapa actual de desarrollo del no convencional.
Eliminación de horas taxi. Desaparecen los pagos por el tiempo que los petroleros permanecen en stand by. Según las empresas, se busca equilibrar los salarios en el sector.
Desmontaje nocturno. A través de la utilización de luz artificial se podrán realizar maniobras nocturnas para un mejor aprovechamiento del tiempo y evitar tiempos muertos.
Operaciones con viento. La operación a nivel de superficie no tendrá límite y en altura tendrá un límite de 60 kilómetros por hora cuando antes era de 30.
Operaciones simultáneas. Una misma locación podrá tener dos o más empresas de servicios operando al mismo tiempo.
Jornada de 8 horas. Para tareas operativas y de mantenimiento, se establece este esquema de lunes a viernes, sin contar fines de semana y feriados.