Metamorfo de sapo corredor (Bufo calamita)
A mediados de julio la mayoría de las charcas de montaña se encuentran completamente secas, aunque hay algunas que matenienen algo de agua gracias a las últimas lluvias caídas hace unas semanas. La subida de las temperaturas ha acelerado el desarrollo larvario y el barro húmedo del fondo de lo hace unos días era una charca repleta de renacuajos está ahora cubierto de pequeñas ranas y sapos en miniatura que corren y saltan de un lado a otro.
En una de las charcas ya secas, miles de pequeños Sapos corredores (Bufo calamita) buscan las zonas más húmedas y las zonas de sombra que los proteje del sol del mediodía. Tal como indica su nombre común, esta especie de anuro no salta sino que se desplaza caminando o incluso corriendo, por lo que los pequeños metamorfos parecen hormigas caminando apresuradamente de un lado a otro, deteniendose de vez en cuando para comer algún mosquito.
Durante un par de semanas los pequeños metamorfos permaneceran en el entorno de la charca donde han nacido, alimentándose y ganando peso día a día. Pasado ese tiempo comenzarán a dispersarse y probablemente no los volveremos a ver hasta que convertidos en sapos adultos regresen a la misma charca para reproducirse.
En el post anterior ponía el ejemplo del sapo partero como el de una especie cuyos renacuajos pueden pasar hasta 5 años en al agua alcanzando un tamaño muy grande, y que como consecuencia dan lugar a metamorfos que tienen un tercio del tamaño de los adulto. Los sapos corredores son la otra cara de la moneda ya que los individuos recien metamorfoseados apenas miden 1 cm de longitud y completan todo su desarrollo desde el huevo al metamorfo en 1 mes.
Además de los metamorfos de sapo corredor, las charcas del entorno de Ubiña se encuentran estos días ocupadas por miles de metamorfos de Rana temporaria, la especie más abundantes de la zona, con densidades de varios cientos por metro cuadrado. Pero además de estas dos especies en unas pocas charcas encontramos juveniles de Ranita de San Antonio (Hyla arborea), menos que de las otras dos especies pero localmente abundante en algunos sitios.
Hace justo un año, en estas mismas charcas se produjo un episodio de mortalidad masiva de Hyla arborea ya que la retirada tardía de la cubierta de nieve retrasó el inicio de la reproducción y la ausencia de lluvias durante el mes de julio aceleró la desecación provocando la muerte de miles de renacuajos que no habían completado la metamorfosis. Este año ha habido mas suerte.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 24 septiembre a las 03:10
dejare el libertad un pequeñisimo sapo que entro a mi recamarqaa y pensaba conservar por ser tan tierno...pero creo que morira como uno que se me murio hace 2 años jejejeje.