Revista En Femenino

El final de mi historia con el niño de ojos brillantes...

Publicado el 06 enero 2014 por Bebloggera @bebloggera
Por @Coticots desde Chile 

Hace unas horas regresé a Santiago, volvía de un viaje maravilloso que hice para pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo con mi familia en el sur. Como siempre, me había llevado aquellas situaciones que me molestaban y esperaba regresar con las cosas claras, soluciones precisas y la energía suficiente para empoderarme de las soluciones.El final de mi historia con el niño de ojos brillantes...

Si bien fue un viaje hermoso, en donde pude respirar aire puro, rodearme de naturaleza en su máximo esplendor, empaparme de ese frío cordillerano que a pocos nos fascina, encontrarme con personas que nos atendieron como reinas (todo mi viaje fue en compañía de mi mamá)... pero también había situaciones que esperaba resolver, ahí estaba el desafío más grande.

Partí liberando todas mis aprehensiones sobre esa relación con un hombre de ojos de color verde brillante, apellido poco chileno y gran cariño hacia mí. El 1 de enero de este año cumpliríamos un año oficialmente, pero ya nos acercábamos al año y medio si excluíamos las formalidades. Pero me pasaba que ya no era feliz con él.Por todos lados me encontraba con esas relaciones que transmiten amor, alegría y complicidad. Veía fotos de amigas, me encontraba con parejas que juntas viajaban al sur para navidad, compartí con un matrimonio joven que celebraría año nuevo en Huilo Huilo... y yo no lo imaginaba posible con el hombrecito que me hablaba por whatsapp cada vez que podía. Pero no tenía fuerzas para responderle con esa misma energía con la que él trataba de enviarme señales de cariño a la distancia.Hubo errores de ambos, tal vez no debí tratar de tolerar hasta explotar o debí ser más enfática cuando algo me molestaba, algo que lo hiciera percibir que esas cosas me terminarían agotando. Por su parte, debe ser difícil entender que algunas cosas me molestan más que al resto y que una relación vive con algo más que cariño.Un gran amigo, que me viene conociendo desde hace más de ocho años me dijo que no siguiera dilatando las cosas y que hablara siempre con la verdad. Me hizo entender que esto de "perder la magia" pasa más a menudo de lo que imaginaba y que al menos algo tengo claro: el tipo de relación que quiero tener y la felicidad que quiero compartir.Hablar con este niño que me quiere tanto fue una sorpresa, creo que con un dolor grande ambos entendemos lo que está pasando y, aunque estaba preparada para una tanda de críticas y descalificaciones, me encontré con alguien que me dijo que me quería, que esto le costaba mucho pero que lo entendía, que le daba terror imaginar que estaré con otra persona en algún momento y que le cuesta sacar fuerzas para este sábado, cuando vendrá a buscar sus cosas que aún permanecen en mi departamento.Tampoco sé si es habitual terminar una relación tan en buena, esperando lo mejor para el otro y sacando aprendizajes en conjunto. Entendiendo que los errores pasaron la cuenta y que serán el antecedente más importante, para seguir creciendo y aprendiendo en esta vida.Cuesta explicar que algo termina cuando no hay un engaño, violencia, ni vidas paralelas... es simplemente que ya no era feliz, que había características de él que resultaban incompatibles con mi forma de ser y que simplemente lo mejor era seguir por caminos separados.Volví en un vuelo casi angelical, que me entregó la tranquilidad que necesito en estos momentos para entender lo que está pasando, la humildad con la que debo tomar las lecciones aprendidas en esta relación y la ilusión para comenzar este año preocupada por sanar, recuperarme bien y dejarme sorprender por el destino nuevamente.Me preparo ahora, para entregarle el último abrazo y darle el último beso a ese niño tierno que muchas noches vigiló mi sueño, compartió mis triunfos y que con el mismo esfuerzo, ahora también se prepara para decir adiós.Esta vez, soy yo la que necesita de las mejores energías...


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