Todo comienza en un mail, en una llamada. Después quedamos para conocernos, charlamos, compartimos lo que vamos buscando y si nuestros caminos van paralelos surge la complicidad. A partir de ahi la confianza va creciendo. Emprendemos un viaje en el cual todo aporte nos hace crecer. Y si, digo viaje, ya que nos tenemos que conocernos en todo el tiempo que tenemos hasta el día de la boda, y hasta incluso después. Las fotografías de boda que realizamos aparecen cuando hay confianza, cuando la naturalidad es posible. Más que sesiones de fotos , son experiencias que las parejas viven con intensidad.
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Y cuando alguien deposita esa confianza en tu trabajo, el cuidado con el que luego se realiza todo el trabajo es extremo. Nos gusta cuidar los detalles, la calidad en cada reportaje, crear algo coherente y honesto.
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Y con la entrega de la boda se termina nuestro viaje juntos, pero empieza inexorablemente una gran aventura, la vuestra, y nosotros tenemos la gran satisfacción de que vuestros recuerdos han sido bien recogidos para siempre.