Podrían esperar un poquito para demolerla? La Casita Blanta - Joan Manuel
LA CASITA BLANCA | El mítico ‘meublé‘, expropiado por el Ayuntamiento
- En marzo de 2011 se prevé que sus puertas se cierren tras un siglo de vida
- Adiós a los secretos, las excusas, las tapaderas, el amor furtivo y el sexo
- Serrat le dedicó una canción y los barceloneses han gozado de su discreción
Andrea Pelayo | Barcelona
Este es el último invierno en el que los clientes de La Casita Blanca se perderán entre sus cálidas sábanas. Desaparece la que para muchos amigos ha sido casi una segunda residencia. Porque, a pesar de su concurrencia, pocos se atreverían a manifestarse para que se mantuviera en pie este abrevadero, emblema de la discreción, del que hablaba Serrat en una canción homenaje.
Sea como fuere, a La Casita Blanca del barrio de Gràcia no le queda ni una sola primavera. En marzo de 2011 se prevé que sus puertas se cierren para siempre tras un siglo de vida y se vengan abajo las miles de historias que entrañan en silencio sus 43 habitaciones. Adiós, pues, a los secretos, a las excusas, a las tapaderas, al amor furtivo y al sexo a y con discreción.
Porque si de algo pueden estar convencidos los barceloneses es de que no existe otro lugar igual donde dar rienda suelta a sus deseos con la seguridad de no ser descubiertos y, además, hacerlo en un ambiente tan encantadoramente ‘kitsch’.
Ceniceros a espuertas para el cigarrillo de después
La Casita Blanca, es el establecimiento más antiguode estas características, del que se tiene noticia
Demodé, pero siempre íntimo, en subidos tonos rojos combinados con madera. Un aire rococó que completan traviesos espejos a lado y lado, arriba y abajo, corazones incluso en la entrada de alguna habitación, lámparas modernistas bañadas en oro y un sinfín de ceniceros que confirman uno de los tópicos más extendidos en materia de sexo: el cigarrillo de después.
Sin embargo, quien camina por la zona -junto a Plaza Lesseps- y no conoce el edificio, no se fijaría en él por su barroquismo, precisamente. La fachada de La Casita Blanca responde a los dictados del silencio y se mueve en una sobriedad de principios de siglo -XX, claro- que también ha quedado obsoleta en un barrio siempre en reformas.
vía El final del sexo a (y con) discreción | Barcelona | elmundo.es.
La casita blanca
“Ecléctico, Serrat en el año 1975 en que Franco agoniza,no desperdicia oportunidad de retratar otro tabú escondido tras lasbuenas maneras burguesas de la oficialidad y dedica otra canción a unconocido meublé barcelonés llamado La casita Blanca, refugio de historias tan prohibidas, clandestinas y secretas como la buena parte de la realidad barcelonesa”.
Así nos dibuja Margarita Riviére este tema de Serrat en su extenso libro “Joan Manuel Serrat“.
Y sigue…
“Franco se moría, pasó semanas agonizando y teniendo a losespañoles pendiente del parte firmado por el equipo médico habitual,pero los obreros iban a la obra y los burgueses perdían calzoncillos enla Casita Blanca“.
Luis García Gil en “Serrat, canción a canción” es un poco más preciso en cuanto a su ubicación:
“Este lugar se encuentra en la parte superior de la plaza deLesseps del lado que da a la Avenida del hospital Militar. Toda estageografía de sentimientos huidizos es transmitida en una canción deextraordinaria hondura que discurre con lentitud, sin prisa, como sitratase de un adagio, donde cada palabra halla su sentido lírico.”
Joan Manuel Serrat – Sitio Oficial
La Casita Blanca
PARA PIEL DE MANZANA (1975)
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