Llegadas estas fechas no puedo evitar que venga a mi mente esa canción de aquella popular serie de los ochenta, ¿la recordáis? Seguro que los de mi quinta saben bien de lo que hablo. Los que no, animaos a pinchar aquí para hacer un viaje al pasado.
Un año más aquí estamos, dispuestos a afrontar un nuevo curso, con nuevos retos, con nuevos propósitos y mucho por vivir. Aquí estamos ya retomando las rutinas, acostando al peque algo antes, dejando atrás los días de playa y haciendo balance de estos meses estivales.
¡Ha sido un gran verano! Hemos podido disfrutar en familia de días de sol, playa, piscina. Hemos tenido unas semanas de descanso absoluto, sin pensar en nada más que en divertirnos. Un verano con la sorpresa de la independencia de Rayo que ha aceptado estar por primera vez con sus abuelos en la playa y sin nosotros. Gracias a lo cual hemos podido disfrutar de algún día más de playa, todo un regalo. Este último fin de semana de agosto nos hemos despedido del mar hasta el próximo año, ¡qué bien me ha sentado!
Y ahora ya sólo queda comenzar a planear el inicio del curso, la llegada del otoño y todos los cambios que ello implica. Este curso con nuevo horario escolar, nuevas actividades, algunos nuevos compañeros y mucho por delante.
Mentiría si dijera que no tengo mariposas en el estómago. El jueves tenemos la reunión en el cole para que nos informen acerca de las novedades: profesora, clase, compañeros, inicio del ciclo de primaria.... Ya sabéis que Rayo y los cambios no se llevan muy bien, a ver el lunes próximo como empezamos todo.
Por lo demás, algunos planes, ciertas dudas alrededor de ellos y todo un abanico de posibilidades. ¿Cómo estáis llevando la vuelta a la rutina?, ¿algún secreto que me queráis confesar que haga todo esto más llevadero? ;)