¡Madre del amor hermoso! ¡Que ya se nos acaba el verano! ¡Y yo llevo más de un mes sin contaros mi vida! Esto no puede ser... Os voy a poner al día:
¿Os acordáis de unas invitaciones de boda que os enseñaba el mes pasado? Pues esa boda ya tuvo lugar, y fue muy muy muy muy divertida. Pero no voy a dar detalles, porque no viene a cuento en este blog. Simplemente decir que las 4 de la mañana me pareció pronto para dejar de hacer amigos, de hacer el tonto y para volver a casa. ¡Una lástima! Lo de tener que abortar la misión, quiero decir...
Esa boda coincidió con unos días que pasé en España, durante los que no me dio tiempo de dormir más allá de las 8 de la mañana y mucho menos de escribir en ninguna parte. Mis disculpas.
Durante la semana que siguió a esa yo seguía de vacaciones, y las aproveché para recibir mi primera visita desde España... bueno, la primera visita que se quedaba más de un día y que se quedaba a dormir en casa. Pero de ello os hablaré con más detalle próximamente...
Y después de despedir a esa visita, me incorporé a mi nuevo puesto y a mi nuevo centro de trabajo... ¿CÓMO? Sí, amigos, lo que leéis. Ya me encuentro de camino al ascenso dentro de mi empresa, tal como os avisaba hace meses. Ya casi he conseguido ese puesto. Sólo tengo que superar nueve semanas de formación y el periodo de prueba. Si lo consigo, el ascenso es mío. Y si no lo consigo, tampoco pasa nada. Me quedo igualmente dentro de la empresa, que me interesa en el fondo más que cualquier tipo de promoción. Veremos cómo se presenta el nuevo curso teniendo que hacer nuevos deberes.
¡Os mantendré informados!