Con la misma música que salvó Hamelín de las ratas haciendo que se ahogaran en las elecciones del 14 de marzo de 2004, el flautista José Luís Rodríguez Zapatero está llevándose ahora a los niños, el PSOE, a la caverna en la que desaparecerán, como narra el cuento de los hermanos Grimm.
Ese es el mensaje de José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, al advertir que la política de Zapatero, ahora mucho más derechista que la que proponía el PP en las elecciones de 2008, lleva a los socialistas al desastre.
Zapatero ha girado 180 grados. De superprogresista ha pasado a más “neoliberal” que Aznar y Bush, mientras sigue definiendo España como un concepto discutible, impone leyes para acelerar el delirante Estatuto catalán; y la gente comienza a recordar ahora que alcanzó al poder azuzando la ira popular tras los atentados del 11M.
Luego, hizo creer con su flauta que este mismo mes, octubre de 2010, España superaría en riqueza a Francia y Alemania. Pero, al contrario, hay derrumbe general de la economía y España es humillada hasta por tiranuelos fantoches modelo Chávez.
Con una crisis financiera igual para todos, aparecen una deuda difícilmente pagable, y casi cinco millones de desempleados: el 20 por ciento de la población activa, más del doble que Alemania o Francia. El mundo crece, y la economía española está intervenida por líderes como Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, a quienes Z. despreciaba públicamente.
Hasta la comunista China le exige a Z. que endurezca el sistema capitalista porque de otra manera no le compra deuda.
Los suyos deben seguir a este progresí a la herejía capitalista porque la socialdemocracia se hunde, él es el mayor ejemplo, mientras los españoles parecen preferir ahora al capitalismo genuino del PP.