Christine Lagarde, iluminada, sermoneando a la decadente y descreída Europa
Está naciendo una nueva religión en la Unión Europea, se llama FMI y Christine Lagarde es su profeta y primer predicador. El FMI dicta a Europa los mandamientos a seguir para conseguir la recuperación económica, el progreso y por consiguiente la felicidad de todos los ciudadanos. No sólo predica en Europa, pero el Viejo Continente es ahora su mayor preocupación. La perdida de sus más favorecidos, ricos y fieles creyentes, es simplemente inaceptable.
Los mandatarios europeos, respetuosos y temerosos en su mayoría, aceptan el nuevo credo con temor y resignación. Aplican con rigor los mandamientos y sofocan con decisión las protestas de infieles ciudadanos.
Si el dogma no funciona, se endurecen postulados y medidas. Se piden nuevos sacrificios y ofrendas. Mas IVA, más reforma laboral, menos gasto sanitario, bancos más fuertes, empresas más grandes y competitivas. Este nuevo Dios se alimenta del dinero que genera el trabajo y el consumo de sus creyentes: “Todo lo que ganes –sea mucho o poco– deberás consumirlo una vez saldadas tus deudas. Aceptarás el sacrificio de tu salario cuando te sea pedido, incrementaras tu deuda cuando interese y la reducirás cuando sea preciso, pero nunca dejarás de pagarla”.
Su alta clase sacerdotal ha renegado de la incómoda sotana, viste de traje y corbata. No hay popes, imanes, lamas o cardenales; sólo banqueros, grandes empresarios y altos funcionarios… los párrocos o curas de barrio son las pymes. Sus templos están en los bancos y las grandes corporaciones, donde se trabaja mucho y se reza poco.
A veces un país y sus ciudadanos se resisten a cumplir los mandamientos o simplemente han sido impíos al romper la ortodoxia. Es entonces la hora de los “hombre de negro”, el FMI manda a sus inquisidores. Unos tecnócratas profesionales incorruptibles, enviados para verificar la situación económica. Ellos no negocian, están allí para hacer cumplir el dogma. Tampoco premian, más bien castigan.
¡Ahí de aquellos desgraciados países que no se pliegan a sus recomendaciones!. Son expulsados, excomulgados y se convierten en la vergüenza de propios y extraños. Fuera de FMI no hay esperanza ni salvación en este mundo. (*)
(*) El FMI nació en 1945 al fin de garantizar la estabilidad del Sistema monetario internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Entre sus objetivos estaba impedir que las grandes potencias económicas cayeran de nuevo en la situación de los años 30, durante un periodo donde las devaluaciones de la moneda y las decisiones sobre políticas económicas habían creado enormes tensiones internacionales.
Esta organización ha sido fuertemente criticada en las últimas décadas. Las principales críticas se centran en el papel dominante que tienen los países desarrollados dentro del organismo, lo que causa que el FMI oriente sus políticas globales al fomento del capitalismo.
Se la acusa igualmente, de haber impuesto a los países en vías de desarrollo —y más recientemente a algunos países europeos— duros programas económicos, a cambio de préstamos condicionados al cumplimiento de estos programas, lo que según sus críticos habría provocado un aumento de la brecha entre ricos y pobres, así como un empeoramiento de las prestaciones públicas.
También está acusada de haber apoyado a dictaduras militares anticomunistas durante la Guerra Fría, y se le han criticado puntualmente sus políticas sobre medio ambiente, alimentación y sanidad pública.
Christine Lagarde es graduada en Derecho, master en Ciencias Políticas, vegetariana, abstemia y deportista. Es el intachable profeta que cualquier Dios que se precie debería tener en nómina.