El forgetmenot en el Día del Holocausto

En 2005, la Organización de Naciones Unidas (ONU) designó el día de hoy, 27 de enero, como Día del Holocausto, en recuerdo de los millones de judíos asesinados por el genocida régimen nacional socialista alemán, por los nazis.

Junto a las personas judías, también fueron aniquilados disidentes políticos, gitanos, homosexuales, masones, enfermos mentales...

La persecución nazi contra la francmasonería llevó a recluir en campos de concentración a muchos Hermanos por el sólo hecho de su pertenencia a la Orden. Los masones alemanes popularizaron el uso de una discreta insignia que, hoy en día, muchos francmasones portamos en la solapa: una pequeña flor, el nomeolvides, que, con sus cinco pétalos y su azul resplandeciente, tantas evocaciones despierta.

Cuando Hitler y sus asesinos se propusieron aniquilar la Francmasonería, los Hermanos convinieron en que las insignias con la escuadra y el compás sin duda les delatarían. Por lo que escogieron este pequeño y discreto emblema para identificarse entre ellos, en ciudades, campos y… campos de exterminio.

Curiosamente, el partido nazi –ajeno a esto- también escogió la flor nomeolvides como distintivo para su colecta de invierno en 1938. Y las fabricaba, como la de los Masones, la misma empresa de Selb. La confusión –casual e inteligente- estaba servida.

Sirvan estas líneas para honrar a aquellos Hermanos Francmasones a quienes se arrebató la vida por querer caminar hacia la Luz.

Honremos también hoy a todos los Hermanos represaliados en España, en los años treinta, por el genocida régimen del general Franco, beneficiario del golpe militar de los traidores al legítimo gobierno de la II República. Ni el felón Franco ni aquellos Hermanos serán olvidados: el uno, para ignominia perpetua; los otros, para entroncar con nuestras más profundas raíces libertarias, igualitarias y fraternas.

Gloria y honor.