Que levante la mano el que no se haya quedado en blanco en un examen. Vale, bajad todos la mano, ya me imaginaba que a la mayoría nos ha pasado en alguna ocasión. Ahora que levante la mano el que se haya quedado en blanco mientras está trabajando y se le ha olvidado por completo cómo se hace su faena. ¿Nadie? ¿Curioso verdad?
Nos olvidamos del temario de un examen pero no de cómo se hace la faena que realizamos cada día durante 8 horas. ¿No será porque la memorización de contenidos es una herramienta insuficiente para según qué edades de aprendizaje? ¿No será porque mediante la repetición y con la práctica diaria es como de verdad se asimilan los contenidos?
¿Cuando dejaremos de someter a los alumnos a rutinarios exámenes donde se les exige responder a las preguntas como si fueran un loro, repitiendo coma por coma lo que pone en el libro de texto? ¿Qué sentido tiene ese tipo de técnica de enseñanza?
¿Alguien se sabe de memoria la tabla periódica? Pues no será porque no la tuvimos que memorizar una y otra vez los que estudiamos ciencias.
¿De qué sirve 'obligar' a un alumno a que memorice contenido cuando ese temario ya existe en los libros de consulta? ¿No sería mejor enseñar a los alumnos a buscar información en varias fuentes bibliográficas, que desarrollen la capacidad de síntesis de contenidos, aprender a destacar lo más relevante y que les resultará de utilidad en su aprendizaje? Sí, ya sé. Son muchas preguntas para un sólo post, pero hay tantas respuestas a esas cuestiones que daría para llenar un libro con estas reflexiones.
Como maestro que no ejerce siempre siento una espinita de no haber podido hacer más por mejorar la educación de los alumnos. Pero tengo un problema fundamental: mi estilo de enseñanza necesita tiempo, espacio libre y libertad de cátedra. Esas tres exigencias no existen hoy en día en los colegios públicos y por eso no ejerzo.
No concibo la enseñanza como un acto unidireccional, y entiendo que en los coles ya no es tan habitual encontrar maestros de la vieja guardia, que se dedican a repetir palabra por palabra lo que viene en el libro de texto y a poner deberes (que también vienen en el libro de texto). Que la incursión de las nuevas tecnologías ayuda mucho a romper ese estilo de mando directo, pero aún así se mantienen muchos vicios que deforman el proceso educativo. Comenzando por los libros de texto, que de ser unas guías de apoyo se acaban convirtiendo en las Biblias académicas, que hay que seguir a rajatabla sin salirse ni un ápice.
Pero ¿qué pasa si comparamos nuestras aulas con las de los países que encabezan el ranking de los que tienen mejor sistema educativo? Pues coincide en la mayoría de los casos en que no hay exámenes como los de aquí. Allí no se le examina a un niño de 10 años, preguntándole que cite de memoria donde nace el Guadalquivir o en qué año descubrió Colón las costas de Centroamérica.
¿Qué sentido tiene? ¿Viven los niños en un mundo donde se premie al que más conceptos memorice? ¿El éxito profesional se mide por el número de partidas que ganes en el Trivial Pursuit? ¿Cuánto ocupa el conocimiento inútil y cuanto tiempo/recursos se gastan en ese aprendizaje absurdo?
Tú no recuerdas cuál es la diferencia entre el pescado azul y el pescado blanco, pero si recuerdas que tu tío te llevó a pescar una mañana y te dijo que las sardinas tenían la cola como los boquerones, las caballas, los salmones…
Ese aprendizaje vivido en primera persona se retiene en la memoria durante mucho más tiempo. El cerebro no ha tenido que elaborar todo el proceso cognitivo que va desde el lenguaje abstracto hasta la elaboración de los esquemas mentales para su posterior memorización. Sí, vale, paro que me enrollo con la teoría y ya me has entendido por donde voy.
Y si dejamos de lado el ámbito escolar y nos fijamos en el mundo de las oposiciones, entonces ya ni te cuento. Seleccionamos a los candidatos idóneos en función de su capacidad de memorizar kilos de papel, gran parte sin valor profesional. O es que ¿te servirá de algo en el Hospital saberte de memoria la organización administrativa del Estado? Sólo el que ha sufrido la experiencia de presentarse a unas oposiciones sabe a qué me refiero (aquí servidor aprobó 2 oposiciones y se quedó sin plaza. Bendita la hora porque me pasé al sector privado y no me conformé con ser funcionario toda mi vida).
¿Cómo puede un examen basado en la memorización saber discernir entre profesionales más o menos valiosos? Sí, es cierto que en las oposiciones se puntúa también la experiencia acumulada, pero ya partes de la máxima que un mal trabajador que lleva 10 años trabajando mal en su puesto tendrá mejor preparación que un recién salido de la universidad con un expediente de película. La experiencia como acumulación de años trabajados no indica nada. Los méritos conseguidos en esa etapa profesional son los que deberían ser cruciales, pero no existen ni se tienen en cuenta.
¿Se podrían eliminar por completo los exámenes de memorización? Sí, claro, por supuesto. El modelo finlandés al que todo el mundo envidia hace mucho que no hace ese tipo de pruebas. Y ¿sabes lo peor? Que los finlandeses no han inventado nada, no se sacaron un sistema de enseñanza de la chistera. Ese modelo ya se utilizaba en España en la Institución de Libre Enseñanza, impulsada por Giner de los Ríos a finales del s.XIX y que contó con la colaboración de cuatro pelagatos como los Hermanos Machado, García Lorca, Salvador Dalí, Charles Darwin, John Dewey, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, León Tolstoi, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín…
El modelo de enseñanza que usaba la ILE es muy similar al que utilizan hoy en día en Finlandia. Teniendo en España experiencia previa de los buenos resultados que ofrece, ¿por qué no se vuelve a apostar por su implantación en la educación pública?
Será que al Estado le viene bien tener una inmensa cantidad de mano de obra poco cualificada, que por un salario bajo realizarán las tareas que necesite la multinacional de turno que nos 'honre' a los españolitos abriendo una planta en nuestro país.
Pues lo siento amigos, pero con 4 millones de parados y con un 54% de ellos que no acabaron la secundaria, apostar por mantener ese proyecto educativo es un suicidio en masa. Por que no sólo no tendrás trabajadores cualificados, sino que tampoco podrán salir al exterior a buscarse la vida. No hay tanto trabajo de camarero, yesero o jornalero en países como Alemania o Suecia.
¿Y cómo se combate este fracaso anunciado? Pues te toca elegir el mejor centro educativo que se pueda permitir tu bolsillo y que comulgue con tus ideales. De esos no hay muchos, lo sé, pero al menos tienes que estar mentalizado que en caso contrario estás regalándole a tus hijos una carencia educativa que les costará mucho superar si quieren llegar a ser grandes profesionales.
Por cierto, ¿cuál es la capital de Zambia? Venga, a ver esa memoria…