Revista En Femenino

EL FRANCES ¡Con sorpresa!

Publicado el 28 junio 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Mandy desde Luxemburgo

Queridas, queridos. Como les venía diciendo en la entrada anterior, después de mi desastrosa y aburridísima pre-primera cita con El Empeñoso, me fui a cambiar de atuendo antes de juntarme por primera vez con El Francés. Nervios ya no tenía (por ahora), total si esta cita resultaba también ser del terror por lo menos había adquirido práctica lidiando con pretendientes indeseados. Ya sabría huir inmediatamente si la cita no resultase ser agradable. Llegué a las 6.30 pm a un paradero de bus cerca de la Gare Central de Luxemburgo, crucé la calle y a lo lejos vi una silueta breve que se me hacía que podría ser el caballero en cuestión. A medida que me fuí acercando me empecé a poner nerviosa, me sudaban las manos y mi paso se hacía saltón, como si se me quemaran los pies. A rostro afeitado y con un brillo resplandeciente en sus ojos, alzó las cejas al verme y me devolvió un amplia sonrisa. 

EL FRANCES ¡Con sorpresa!

No todo lo que brilla es oro...

Uf, qué extraña sensación, no era mi tipo pero de todas formas lo encontraba... envolvente. Me saludó con mucha suavidad y, con toda la seguridad del mundo, me invitó a que pasáramos a un bar cercano. Un bar de esos de verdad, con butacas traseras, espejos altos a los costados, mucho cuero y bronce y un barman que se notaba que había estado sirviendo tragos toda su vida en aquel lugar. Nos sentamos en la última mesa al final del bar, y entre dos cervezas y un martini seco nos fuimos acostumbrando a nuestras miradas y sonrisas. La noche fluyó sin prisa y poco antes de las 10 nos despedimos. Quedamos de juntarnos en pocos días y en mi viaje de vuelta a casa no paré de sonreír.

Los días siguieron y salimos un par de veces más a tomarnos algo, siempre en un lugar distinto, siempre con esas miradas constantes, sin que ninguno de los dos sintiera la necesidad de mirar hacia al lado. Me resultaba fascinante poder tener una conversación inteligente con alguien tan distinto a mí, proveniente del mundo de las finanzas pero que a la vez era dulce y asertivo. El Francés sostenía su trago como James Bond, su aroma era exquisito y yo me moría por que este hombre joven y espléndidamente caballeroso (me llamaba todos los días y me deseaba los buenos días con mensajeros de texto súper cute) me diera un beso de esos apasionados. Sus ojos irradiaban fuego y pasión y quería un pedazo de esa promesa.

EL FRANCES ¡Con sorpresa!

Era el destino
A la cuarta cita quedamos de vernos en su departamento (¡¡¡¡¡qué nervio!!!!!). Mi cabeza daba vueltas y mi corazón se me salía por el estómago. Toqué el timbre de su edificio y me decidí a no resistirme si terminábamos revolcados en nuestros brazos. Pasará lo que tenga que pasar. Me abrió la puerta muy lindo, con un suave abrazo. Me ofreció una cerveza y yo casi me la tomé al seco... Si esa botella fuesen sus labios. Nos mirámos a los ojos por varios minutos y de a poco sentí como me ponía colorada por la anticipación. Me paré súbitamente por la tensión y El Francés se puso de pie tras de mí, me agarró de la cintura, me dio una vuelta y nos besamos. Fue dulce y tierno, perfect. Nos dirigimos a su sofá-cama y los besos se hicieron más intensos, manos iban y venían, mi sostén se desabrochó, mi mano bajó y bajó...

Me pareció raro no poder palpar a la primera su miembro duro. Bajé un poco más y toqué un montoncito blandito. Pude distinguir la forma fálica pero no crecía. Se fue endureciendo un poco pero no crecía. Se endureció un poco más  y sería todo.OMG. No. Lo tiene iñi pinñi. ¿QUÉ MIERDA HAGO?
EL FRANCES ¡Con sorpresa!

---Voy a ser rehonesta. Le puse harto empeño, de verdad lo intenté. Me dije que si el hombre me gustaba (era tan caballeroso y seguro fuera de la cama) intentaría que el asunto sexual resultara como fuera. Mal que mal existe el dicho de que el tamaño no importa (quién chucha inventó eso). Lo hicimos un par de veces, hice otras cosas y como no sabía qué exactamente tenía el hombre trabado allá abajo (si era realmente un asunto de tamaño o una precoz impotencia) fui lo más dulce, amorosa y sexona posible. Masajes, palabras tiernas, palabras cochinas, buena ropa interior. Pero nada, no sentí nada ni por dentro ni por fuera.Y no fue solamente eso, sino que la actitud de El Francés en el acto mismo era menos que óptima. Él siempre en silencio, sin sudor de por medio (¿qué  mierda?), sin agarrones ni aceleración de la respiración. Era como que él sabía que sus capacidades técnicas eran abismalmente carentes y quería salirse de la actividad lo más rápido posible. Apenas terminaba, envolvía el profiláctico, lo tiraba a la basura y se daba vuelta a dormir... a las 9.00 pm. Todas las noches que lo hicimos. Lo peor, nunca me preguntó si es que yo había "llegado". Traté de ignorado las primeras dos veces, lo atribuí a un asunto de nerviosismo de parte de él. Pero con el correr de los días otras grietas se fueron asomando. Ya no salíamos a ninguna parte, él se encontraba siempre cansado y solamente quería que lo fuera a ver a su departamento. Veíamos algún programa y yo traté de probar otras cosas con él que fueron aún más desastrosamente carentes de nada. Me di por vencida. Es que así no se puede. Sin salidas, acostándome a las 9 pm como una preescolar. Me pasé todos los rollos. Será que es gay y no lo asume. Será que yo no le gusto pero quiere tener a alguien cerca porque se siente solo. Será que tiene un problema de salud (me fui dando cuenta de que en realidad algo específico tenía, hice mis averiguaciones vía google y El Francés necesitaba ver un doctor para arreglarlo allá abajo). Fuese cual fuese la razón, era evidente que el sexo era malo y me empezó a dar rabia que él no hiciera comentarios al respecto. Pero, ¿cómo terminas con un hombre cuando la razón es que lo tiene chico/torcido y, más encima, es malo en la cama?

EL FRANCES ¡Con sorpresa!

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Les juro que me quedé con él 3 semanas más (ya sin sexo) por puro que no sabía como justificar la ruptura. Pero ya cuando el sexo dejó de ser un factor, fueron apareciendo otros rasgos que me hicieron la pateadura más fácil: el hombre era en realidad bastante aburrido y además, carente de emociones sinceras (hizo un par de comentarios negativos sobre temas y cosas que a mi me importan). La máscara se le empezó a caer muy rápidamente y puede ver claramente a alguien que solamente le interesaban los autos, el dinero y las cosas finas. Su vida era la rutina de la oficina y se lo hice saber. El quiebre fue libre de drama, creo que él ya lo venía venir de todas maneras. Nos dependimos afuera de un café con un abrazo y cada uno se fue por su lado.

¿Podrá Mandy encontrar el verdadero amor y/o tener una noche de pasión desenfrenada? LO SABRÁN EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO: !!!El Inglés y el Fiestero!!!

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