C
Con frecuencia se traduce el término Crisis como Oportunidad, especialmente, en cuanto a lo profesional se refiere. Y no le quito ni un ápice de veracidad al hecho en sí porque el éxito siempre es fruto de la experiencia y ésta, como puedes imaginar, no siempre es “agradable” a lo largo del camino del emprendedor (y cuando digo emprendedor, no sólo me refiero al empresario potencial, sino al que emprende en su búsqueda de empleo, al que busca salida a una enfermedad… A todos los que son capaces de sumar para dar salida a una situación más feliz).Pero si es salida para todos ellos, desgraciadamente, también lo es para aquéllos que se aprovechan de los demás, de los que infringen las leyes naturales de la cordialidad, de los que transgreden las normas básicas de la ética y la generosidad. tanto en la vida cotidiana como en la virtual.¿Alguna vez te has preguntado qué esperas de la vida?. ¿O qué esperas de tu trabajo?. ¿Quizás, qué esperas de las redes sociales?. Si buscas respuestas, las encontrarás en ti mismo. Yo te invito a ser ambicioso, a desear lo mejor y si crees que lo mejor es demasiado –con perdón- “te equivocas” porque tanto lo que tienes como lo que te sobra puedes compartirlo con aquéllos que no saben o no pueden tener lo que tú has llegado a conseguir.No es malo tener ilusión por el éxito (define éxito, si te atreves) siempre que estés dispuesto a luchar por él; no es deshonroso arrimarte a los demás para aprender, si tú eres capaz de aportarles algo a ellos; y, cómo no, no es malo poner corazón en lo que haces porque, además de ser una fuente inagotable de energía para conseguir tus deseos, es lo que pone tu firma a todo lo que tocas y por lo que, sin duda, serás recordado.Ahora bien, quizás a ti y a mí nos gustaría saber qué es lo que mueve a otras personas a ignorar todo lo anterior y apoyarse en la desgracia ajena para poder conseguirsus objetivos… Sí, en efecto, te he hablado de dar, de compartir, de sumar, de aportar, incluso –y añado – de superación, de motivación, de entusiasmo, de vitalidad… De todo eso y mucho más y, sin embargo, te contraataco con comentarios que contrastan o destruyen lo positivo de la vida, del trabajo o de las redes.Pues, a colación, te diré que existir, existen y, en la red, haberlas, haylas. Me explico y, si deseas interpretarlo como denuncia, me sumo a ella con algunas experiencias propias que deseo compartir contigo para que estés alertado:Hace algún tiempo, recibí un email de una empresa en la que me ofrecía manejar y optimizar mi perfil profesional a cambio de dinero y me garantizaban un trabajo –atención- de categoría superior a la que había mantenido en trabajos anteriores en tres meses (que luego, tras recriminarles, puntualizaron que podía ser entre 6 meses y un año, según el perfil y el puesto). Remato: ¿Cómo puede garantizar para otros algo que posiblemente no pueda conseguir para él/ella mismo/a si se encontrara en esa tesitura?.Del mismo modo, recibí de otra empresa, la posibilidad de un CV profesional en “sólo 24-48horas”, un listado de headhunters, acciones extraordinarias para encontrar trabajo en crisis y multiplicar las visitas a mi blog y perfil de Linkedin; todo ello, por el módico precio de 900€. Remato: Yo nunca he ganado 900€ en 24-48 horas, ¿por qué quieres ganarlo a costa mía?.
Fuente imagen: blogscristianos
El más reciente, y seguro que no será el último, viene de otra entidad que me plantea muchas incógnitas, que supo captar mi atención a través de su generosidad (aunque aún no sé si es lobo con disfraz de cordero, a ver qué te parece). Pues me ofrecieron aprovechar su perfil para potenciar mis objetivos profesionales e, igualmente, la posibilidad de cursar a través de ellos formación orientada a reforzar habilidades y competencias necesarias para un entorno tan competitivo (hasta ahí, perfecto, casi idílico). El siguiente paso, en forma de nuevo ofrecimiento, podía colmar las expectativas más altas de un concurso de generosidad y me trasladaron datos de contacto de una orientadora laboral (email, número de móvil, nombre) para que pudiera contribuir a lanzar mi carrera profesional. ¡Cuánto altruismo!, pensé yo. Y llamé, por supuesto que llamé y, al no conseguir contactar con nadie, volví a intentarlo hasta en dos ocasiones más hasta que… Hasta que… Hasta que cordero dejó de ser cordero y se vieron los enormes colmillos del lobo: desviaban la llamada a un 806 para poder hablar con la Srta. Carmen A., la orientadora. Remato: ¿Si yo no cobro a los demás por hacer lo que tú haces, por qué crees que puedes cobrarme tú a mí?No me gustan, no apruebo estas prácticas de "tiro al candidato" y, menos aún, si lo hacen con munición envenenada de mentiras. Pero no deseo terminar así y, si bien esto bien podía parecer un thriller o un drama, yo, simplemente, lo traslado a categoría de cuento del que sólo quiero extraer una moraleja:Sé generoso y recibirás generosidad de los demás, pide ayuda y recibirás ayuda, y vístete de cordero sólo si estás dispuesto a ser cordero (espanta a los lobos y, si puedes, ponle trampas como estoy haciendo yo con este post).Y como te deseo lo mejor, estas líneas… ¡Van por ti!Este artículo puede ser interesante para tus contactos. Compártelo... (Twitter, Facebook, Linkedin, etc). ¡GRACIAS!