Los Panzer avanzan hacia Moscú. Fotografía obtenida en las inmediaciones de Klin. La bandera en el techo de la torreta permite a los aviones de la Luftwaffe identificar con facilidad a las unidades alemanas.
Camaradas,
El veterano LVI Cuerpo Panzer a las órdenes del General Schaal –al comienzo de la campaña la fuerza de ataque de Manstein- había estado operando a la izquierda del V Cuerpo con las Divisiones Panzer 6ª y 7ª así como la 14ª División de Infantería Motorizada. El 24 de noviembre había capturado Klin, y poco después Rogachevo; había irrumpido a través de la costura entre los Ejércitos Soviéticos 30º y 16º hasta el Canal Moskva-Volga y de inmediato había establecido una cabeza de puente en la orilla opuesta. En un golpe audaz, el Coronel Hasso von Manteuffel conquistó el puente sobre el canal en Yakhroma con el 6º Regimiento de Infantería reforzado y elementos del 25º Regimiento Panzer, atacó a través de la vía fluvial y se atrincheró para una defensa en círculo de la cabeza de puente.
Tren blindado soviético.
Un tren blindado soviético que apareció en la escena fue atacado inmediatamente por una compañía de tanques del 25º Regimiento Panzer al mando del Teniente Ohrloff, un oficial condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de hierro, y fue rápidamente destruido. Los rusos, sumidos en una completa confusión, cayeron prisioneros y la gran estación de electricidad de Moscú fue ocupada intacta. Por lo tanto, Manteuffel acababa de alcanzar el punto más oriental del frente de Moscú y, además, había establecido una cabeza de puente para el Tercer Ejército Panzer en la orilla oriental del canal al tiempo que capturado el interruptor de luz del Kremlin.
Stalin, ese maníaco que rige los designios de 200 millones de personas.
Desde su habitación fortificada del Kremlin, Stalin telefoneaba frenéticamente a Zhukov, Voroshilov y al Teniente General Kuznetsov, el Comandante en Jefe del 1º Ejército de Choque. Con sus llamadas, Stalin no cesaba de alterar las decisiones estratégicas e incluso tácticas de sus líderes militares, a veces de manera contradictoria, pero en cualquier caso ejerciendo una suerte de autoridad que ningún otro podría haber asumido. El 27 de noviembre, Stalin ordenó que se debía emplear de inmediato a dos brigadas contra la cabeza de puente de Manteuffel, independientemente de otras consideraciones. Esa cabeza de puente debía ser liquidada a cualquier precio.
El tiempo favorece a los rusos. Esa misma tarde del 27 de noviembre, en menos de dos horas, el termómetro cayó hasta los 40 grados centígrados bajo cero. Para protegerse de este frío ártico los hombres del grupo de combate de Manteuffel tan sólo disponían de sus pasamontañas, sus abrigos cortos de tela y sus botas altas demasiado ajustadas. Con este atuendo resulta imposible combatir a 40 grados bajo cero incluso contra un
enemigo débil.
Soldados alemanes precariamente equipados para el combate en el invierno ruso.
Esta mala preparación para el invierno ruso está resultando fatal para los soldados de la Wehrmacht. No sólo no disponen de chaquetas de piel ni botas de fieltro, sino lo que es peor, el Alto Mando Alemán desconoce, o no ha sabido aplicar, ciertas reglas de combate invernal muy simples y fácilmente realizables. Si hace falta alguna prueba que evidencie que esta guerra contra Rusia no ha sido preparada con la debida conciencia –al menos, el Estado Mayor Alemán no ha sabido prever que podría prolongarse más allá de cinco meses-, ésta la proporciona la total ignorancia de los más simples hechos del combate de invierno. Cuando, después de las primeras nevadas, los finlandeses comprobaron que las tropas de sus camaradas alemanes todavía calzaban sus botas altas con clavos de acero, sacudieron sus cabezas atónitos: “Vuestras botas claveteados son ideales conductoras del frío – ¡daría lo mismo si caminaseis sobre vuestros calcetines!”
Soldados soviéticos, perfectamente equipados para el combate a bajas temperaturas, se lanzan al ataque.
De hecho, la primera ocasión en que la excelente impresión que Zhukov tenía de sus rivales en el Estado Mayor Alemán se ha tambaleado ha sido cuando ha visto a los prisioneros alemanes capturados durante estos días. “Oficiales y hombres llevan todos calzado que encaja a la perfección. Y por supuesto, sus pies están congelados. Los alemanes han pasado por alto el hecho de que desde el siglo dieciocho a los soldados del Ejército Ruso se les han proporcionado botas un número mayor para que durante el invierno pudieran rellenarlas con paja o, más recientemente, con periódicos, evitando así la congelación.”
En verdad, los rusos han evitado las congelaciones. Entre las tropas alemanas de primera línea de frente, por el contrario, la incidencia de pies congelados ha ascendido hasta el 40 por ciento en muchas divisiones.
Tropas alemanas intentan empujar un camión ligero Krupp L2H143 de 1,5 toneladas por una carretera helada rusa. La mayoría de los vehículos motorizados alemanes no funcionan bien en estas condiciones.
Pero el frío extremo no ha golpeado sólo a los pies de las tropas. El combustible se ha congelado en las máquinas, los fusiles, las metralletas y las ametralladoras se han atascado. Los motores de los tanques no han podido arrancar. En estas circunstancias, apenas resulta sorprendente que el grupo de combate de Manteuffel haya sido incapaz de retener la cabeza de puente de Yakhroma a pesar de la tenaz resistencia de los defensores cuando dos brigadas soviéticas, la 28ª y 50ª del 1º Ejército de Choque Soviético, provistas de chaquetones de invierno y botas de fieltro, los han atacado. Las metralletas de los rusos han disparado desde fundas de piel y los cerrojos de sus ametralladoras se encuentran lubricados con aceite de invierno. En el lado ruso no ha habido obstrucciones ni pernos atascados. Los rusos han podido tenderse sobre la nieve, durante horas si ha sido necesario, arrastrarse hasta las posiciones alemanas en el momento adecuado y silenciarlas. Su infantería ha estado apoyada por T-34s, mientras que todo lo que le queda al 25º Regimiento Panzer de la 7ª División Panzer son algunos pocos tanques checos Panzer 38(t), Panzer III con cañones de 3,7 cm y Panzer IV con cañones de 7,5 cm que en la mayoría de los casos ni siquiera pueden ponerse en marcha.
El contraataque soviético contra la cabeza de puente del Yakhroma.
Finalmente hoy, 29 de noviembre, Manteuffel se ha visto obligado a renunciar a su cabeza de puente, retirándose a posiciones defensivas sobre la orilla occidental del canal. Al sudoeste, la 6ª División Panzer ha cubierto el flanco derecho del LVI Cuerpo Panzer. El flanco izquierdo del Cuerpo lo cubren la 14ª División de Infantería y la 36ª División de Infantería Motorizada. La oportunidad de un ataque relámpago sobre Moscú desde el norte se ha perdido, pero bajo el frío o bajo el sol, los soldados de la Wehrmacht continuarán combatiendo mientras su Führer se lo ordene.
Führer befiehl, wir folgen dir!Sieg Heil, Sieg Heil, Sieg Heil!