Una de las preguntas que suelen hacerme los papás antes de irse a casa desde el hospital con su recién estrenado bebé gira en relación con la temperatura. "¿Cómo sabré si tiene frío?, ¿Cómo tengo que vestirlo cuando llegue el calor? ¿A qué temperatura pongo la calefacción de casa?" La respuesta se puede resumir con sólo dos palabras: sentido común.
¿Por qué hay que tener especial cuidado?
En comparación, los recién nacidos tienen una superficie corporal superior a la del adulto por la que perder calor, tienen menos grasa corporal y su sistema de termorregulación todavía no está perfeccionado del todo.
¿Cómo lo visto?
Para vestir correctamente a un recién nacido debemos saber que tanto el exceso de ropa, como el defecto, puede ser perjudicial. Sobre todo el exceso, hecho al que tendemos (sobre todo las abuelas). Es fundamental que la ropa sea cómoda, amplia, fácil de poner y de quitar, y utilizando tejidos que no irriten la piel, preferentemente algodón 100%. Lo ideales utilizar una capa más con respecto al que usan los adultos.
¿Cómo sé si el bebé tiene frío o calor?
Un buen truco es seguir la siguiente técnica: Si nosotros tenemos frío, ellos también lo tendrán. Si nosotros tenemos calor, ellos también. La temperatura corporal del recién nacido es similar a la del adulto. Podemos guiarnos por tocarles la nuca o el cuello, de modo que si está sudoroso, probablemente nos estemos pasando con las capas de ropa. Tocarle las manos o los pies no es siempre fiable, ya que pueden tener las extremidades frías y no por ello tener frío. También observar las mejillas es una buena opción: si las tiene coloraditas, probablemente esté pasando calor.
¿A qué temperatura pongo la calefacción?
A la que vosotros los papás estéis cómodos. Lo habitual unos 24ºC. En cualquier caso no pongáis la cuna al lado del radiador.
Las calefacciones tienen a disminuir la humedad ambiental y por tanto resecar mucosas, por lo que no está de más colocar recipientes con agua en las habitaciones u optar por un humidificador.
Y,¿a la hora del baño?
Lo ideal es caldear previamente la habitación, para que al quitarle la ropita el bebé no note mucha diferencia de temperatura. Comprueba que el agua de la bañera se sitúe sobre los 36ºC. No alargues mucho el baño. Al sacarlo del agua cúbrelo rápidamente con una toalla. Sécalo y vístelo en el propio baño, para evitar el cambio de temperatura con respecto al resto de la vivienda.