Revista Cultura y Ocio
Camaradas,
El Führer y el Duce se han reunido entre el 25 y el 29 de agosto. Durante las conversaciones se han discutido con gran detalle todas las cuestiones militares y políticas acerca del desarrollo y duración de la guerra. Estos asuntos han sido examinados en el espíritu de la cercana camaradería y el sentimiento de estar unidos en un destino común que caracterizan las relaciones de las dos potencias del Eje. Las conversaciones han estado imbuidas de la inquebrantable voluntad de los dos pueblos y de sus líderes para llevar a la guerra hacia un final victorioso.
El Führer y el Duce recorren el Frente Oriental.
El Duce llega al Reich.
El paso del Duce por Alemania no había sido hecho público, pero la guardia de honor distribuida a lo largo del recorrido del tren especial no pasó desapercibida a la población, que acudió a las estaciones y aclamó al Duce a su paso por ellas. Éste pasó toda la jornada del domingo 24 de agosto trabajando en su compartimento, que se encontraba directamente conectado por teléfono con Roma. En la mañana del lunes 25 de agosto, el tren llegó a la pequeña estación de Görlitz cerca de Rastenburg, en Prusia Oriental.
El Führer y el Duce charlan de camarada a camarada.
Hitler, rodeado por el Jefe del Estado Mayor Alemán, Mariscal Keitel; el Ministro de Asuntos Exteriores, von Ribbentrop y otras personalidades, esperaba a Mussolini en el andén de la estación. El Duce, vistiendo uniforme de Primer Mariscal del Imperio, descendió del vagón y saludó a la romana al Führer, que se dirigía hacia ellos. Los saludos intercambiados entre los dos jefes fueron muy cordiales. Algunos instantes después, el Duce y el Führer marcharon en automóvil hacia Rastenburg seguidos de sus séquitos.
El Führer y el Duce caminan por los bosques de Rastenburg. Entre ellos, el Reichsmarschall Göring, Comandante en Jefe de la Luftwaffe.
Las conversaciones se iniciaron inmediatamente sin testigos. Más tarde, los colaboradores diplomáticos y políticos de los dos grandes hombres de Estado fueron invitados a participar en las deliberaciones. Los generales y diplomáticos italianos y alemanes celebraron después otras reuniones en las que fueron estudiados minuciosamente todos los problemas que interesan a las dos naciones aliadas. Cuando las entrevistas llegaron a su fin, Mussolini, acompañado por el Führer, visitó el Cuartel General del Wolfsschanze, la Guarida del Lobo, y el Mariscal von Brauchitsch, ante los grandes mapas de guerra, ilustró al Duce sobre las diferentes fases de las operaciones en curso. En ese momento llegaron noticias de las grandes victorias de las tropas aliadas y, junto a las flechas que señalaban las divisiones enemigas que habían sido destruidas, von Brauchitsch anotó el número de prisioneros y las cifras del botín.
Después, el Führer y el Duce pasaron la tarde con varios jefes militares, quienes les informaron sobre las operaciones y recordaron las victorias en que habían participado. Al atardecer tuvo lugar un ágape en un claro del bosque cercano al Cuartel General.
Soldados alemanes reciben con entusiasmo desbordado la llegada de su Führer y del Duce de Italia.
Visita al Frente Este.
Al día siguiente, martes 26 de agosto, los dos líderes volaron a la ciudad fortaleza de Brest-Litovsk, escenario de violentos combates, donde se le mostró al Duce la efectividad de un cañón alemán de sesenta centímetros de calibre que había sido empleado en la conquista de la plaza. Después de un almuerzo en cocina de campaña, regresaron a Rastenburg. Durante la noche, Mussolini se trasladó en solitario a Gorsk a bordo de su tren especial. El Führer se reunió con él al día siguiente. Para resguardar los dos trenes especiales de ataques aéreos, quedaron aparcados en el interior de un túnel de cemento armado.
El Führer y Mussolini caminan entre los soldados de la Wehrmacht.
Disfrutando de los restos derrotados del Ejército Rojo.
Inspeccionando una unidad italiana en el Frente Este.
El Führer se solidariza con los heridos.
El Führer y el Duce con el Mariscal von Runsdtedt.
Ayer, jueves 28 de agosto volaron a Uman en Ucrania a bordo del cuatrimotor FW Condor número de serie 2600, avión personal del Führer. A continuación viajaron en vehículo por el sector donde hace unas semanas escasas la Wehrmacht obtuvo una resonante victoria. El Duce aprovechó la ocasión que se le presentó de pasar revista a una de las divisiones italianas desplegadas en el Frente Este para luchar contra el Bolchevismo que se encontraba en la zona. El Mariscal von Rundstedt, Comandante en Jefe del Grupo de Ejércitos Sur, aprovechó la ocasión para saludar al Führer y al Duce durante su visita. A continuación los dos líderes volaron de vuelta a Gorsk. Durante el vuelo el Duce, apasionado piloto, se pasó la mayor parte del tiempo en la carlinga de piloto con junto al Capitán Hans Baur, piloto del Führer, y durante algún tiempo el propio Duce se hizo con el control del aparato.
Mussolini, en la cabina del avión del Führer con Hans Baur.
Despedida.
Finalmente hoy, después de una calurosa despedida, el Duce ha partido de vuelta hacia Italia. Mussolini no ha esperado a regresar y ha querido enviarle hoy mismo a su camarada y amigo el siguiente telegrama:
Führer:
Las jornadas, tan pródigas en acontecimientos, pasadas por ambos en vuestro Cuartel General y las visitas que hemos brindado a nuestras tropas que luchan contra el Bolchevismo, permanecerán siempre grabadas en mi recuerdo. Por lo que se refiere a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, he podido comprobar que el alcance histórico de nuestras revoluciones, que han salvado a la Civilización europea de los mortales peligros del Bolchevismo, se afirma con fuerza cada vez mayor. Regreso a Italia bajó la impresión inolvidable que me ha producido la gran empresa emprendida y con la certeza absoluta y más firme que nunca, del fin victorioso.
Recibid mi más vivo agradecimiento por la hospitalidad que os habéis dignado ofrecerme entre las fuerzas alemanas, valerosas e infatigables, al propio tiempo que mis cordiales saludos de camarada.
Con este encuentro, el Führer y el Duce han reafirmado los cimientos del Nuevo Orden que se está fraguando en Europa, un Nuevo Orden que eliminará las causas que en el pasado han conducido a las guerras europeas. La victoria de las armas alemanas e italianas y la destrucción del peligro Bolchevique y de la explotación plutócrata crearán la posibilidad de una cooperación pacífica, armoniosa y fructífera entre todos los pueblos del continente europeo tanto en la esfera política como económica y cultural.
Viva l’Italia! Viva il Duce!Es lebe Deutschland! Es lebe Adolf Hitler!