El fular de Telva

Anoche soñé que me compraba el fular de la revista Telva (sí, fular se escribe así, según la RAE). Lo veo por todas partes, me meto al Facebook y los de la revista no paran de decir que lo compres y te hagas una foto con él, que si la mandas te culegan y te haces famosa y además puedes ganar un viaje a Londres. Las bloggers lo llevan, todas las chicas lo quieren: las estudiantes, las madres, las suegras, las nueras, no hay quien no tenga ya su fular, ¡y en varios modelos!
En mi sueño, la redactora jefa de Telva me amenazaba con estrangularme con él si no me lo compraba. Yo intentaba escapar, me defendía argumentando que tengo muchos fulares, que ya tengo tantos que no sé ni dónde meterlos; que a veces hasta se me olvida cuáles tengo y no me da tiempo a usarlos todos. Pero ella seguía en sus trece, me gritaba y me enseñaba el modelo de rayas (porque de rayas no tengo ninguno, y de flores sí). Pasé miedo, me desperté llorando y con sudores calientes (que no fríos, como en los libros de intriga), la desazón me invadía y sin desayunar ni nada corrí al quiosco más cercano, con el pijama y todo. Pero no quedaban revistas, ni fulares. Ahora sólo me queda probar suerte esta tarde, en otro quiosco.
* En realidad no he soñado nada de esto, es una vil mentira.
* Aprovecho este post, totalmente improvisado, para deciros que hoy es el cumpleaños del blog. Hace un año lo creé, y no me imaginé que iba a durar tanto tiempo, ni que iba a cosechar tantos seguidores. ¡Gracias! Seguiré trabajando para no defraudaros.