Revista Cultura y Ocio

El funcionario y el poeta

Publicado el 03 marzo 2016 por Regina

Un funcionario consular en una fugaz entrevista de apenas cinco minutos, le comunicó a mi marido que no era elegible para viajar a los Estados Unidos con una visa de no inmigrante. Según el documento que le entregara, mi marido no fue capaz de demostrar que el propósito de su viaje fuera consistente con la visa que solicitó.
En qué consistió la entrevista? El funcionario preguntó la razón del viaje, y la razón del viaje es la invitación de una constitución cultural para un homenaje en el cual mi marido ES el homenajeado. La segunda y última pregunta fue relativa a si posee familiares en los Estados Unidos, a lo que respondió con sinceridad que tiene un hijo con el cual ha perdido el contacto desde hace una década.
Las autoridades consulares de ese (y de cualquier país) tienen derecho de aprobar o no el ingreso de extranjeros en su territorio. Pero el apremio no puede hacer de esa entrevista un trámite maquinal. Ese torpe señor que no acertaba a recordar ante el funcionario inquisitivo el nombre de la institución que pretende homenajearlo es uno de los poetas vivos más importantes de la cultura cubana; un breve vistazo en Google podría haber informado al funcionario sobre el señor delante de él; dejando de paso despejada la peregrina sospecha de que sería un viejito más queriendo acogerse a la Ley de Ajuste y a los beneficios de la Seguridad Social.
La decisión –inapelable por otra parte– recomienda esperar al menos un año para volver a presentarse "siempre y cuando las circunstancias personales hayan cambiado significativamente". Es lamentable, porque Rafael Alcides seguirá viviendo y escribiendo desde su inxilio en La Habana en las mismas circunstancias del día de hoy si sobrevive a este año de ninguneo otorgado por el funcionario consular.
Enviado desde mi teléfono con Nauta Mail.


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