El fútbol va sobre ruedas

«La sociedad, en ocasiones, discrimina y juzga sin conocer a la persona sólo por tener una discapacidad; esto no lo he encontrado en el fútbol».María Gómez Sirvent, de 14 años, se muestra contundente. Es la primera chica española que juega a fútbol en silla de ruedas. María tiene parálisis cerebral y para ella poder jugar a fútbol supone una gran ilusión y una forma de poder romper barreras hacia la diversidad funcional.
La joven y sus compañeros del equipo de Deportes Adaptados Furia –el primer club español de «power chair» (fútbol en silla de ruedas eléctrica)– entrenan todos los sábados a las órdenes de Juan Tomás Giménez en el pabellón Pitiu Rochel de Alicante. El «power chair» es un deporte mixto, en el que compiten cuatro contra cuatro jugadores. Tanto chicos como chicas pueden pertenecer a un mismo equipo. No se mide la fuerza del jugador, sino el ingenio y la destreza que tiene a la hora de competir. La edad tampoco es un problema para su práctica.La rutina de entrenamiento de los Furia se suele dividir en tres partes: manejos de silla con y sin balón –el esférico en el «power chair» es de 30 centímetros de diámetro–, además de jugadas o partidos. «Intentamos que el manejo de la silla de los jugadores sea cada vez mejor, por eso en todos los entrenamientos es importante realizar unos treinta minutos de manejo entre conos, de frenada y marcha atrás», explica el entrenador, al tiempo que concreta que «con balón solemos realizar ejercicios de pase entre jugadores, tiros a portería y demás ejercicios con la pelota».De fondo, son rutinas similares a un equipo de fútbol convencional. «En la última fase del entrenamiento tendríamos partidos o situaciones de juego, en las cuales se ensayan saques de esquina, faltas y jugadas en defensa y contraataque», comenta Juan Tomás.«El objetivo es ir mejorando poco a poco. Ir manejando día a día mejor la silla sin balón y con balón. E ir mejorando las posiciones de los jugadores en el campo de juego. A largo plazo, iremos viendo como se desarrollan los partidos y las mejoras que deberíamos obtener», dice el técnico de los Furia.El club alicantino se caracteriza por que todos los integrantes tienen muchas ganas de aprender, mucha ilusión por lo que hacen, además de una gran concepción de equipo. Tal es la pasión que sienten por este deporte, que incluso Juan (el portero), con una diversidad funcional del 85%, realiza un trayecto de aproximadamente una hora en coche para acudir al entrenamiento. «Para mí tiene mucho mérito el venir desde Villena todos los sábados como hace Juan», dice Tomás.Por el momento, el equipo sólo cuenta con una chica, María, de la que el preparador dice que «es la más mimada del equipo y tiene muchas ganas de aprender día a día este deporte; siempre tiene una sonrisa en la boca».Álex tiene una diversidad funcional del 65% y cuenta su entrenador que «siempre está con ganas de realizar nuevos ejercicios y constantemente se muestra dispuesto a ayudar a sus compañeros. Es un jugador muy bueno con muy pocos entrenamientos y está a la altura de otros jugadores europeos».En las filas de los Furia también forma Fernando, con una diversidad del 75%, del que su preparador explica que «las ganas que tiene de aprender le hacen mejorar entrenamiento tras entrenamiento y está abierto a realizar todos los ejercicios».
Más información sobre el fútbol en silla de ruedaswww.abc.es/comunidad-valencia/20141119/abcp-futbol-sobre-ruedas-20141119.html
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