Fernando Torres, Pau Gasol y Laia Sanz.
Un desaprensivo le puso en venta en eBay por un precio de salida de dos libras y prometiendo al comprador enviárselo a casa en tres o cuatro días. Ésa fue una de las múltiples ocurrencias con las que Fernando Torres tuvo que convivir en su etapa en el Chelsea, donde estuvo lejos de rendir de acorde con el precio de su fichaje (58 millones de euros). El Niño, que para muchos, expertos o no, es un prejubilado, tampoco cuajó en Milan. Bloqueado por fallar los goles más sencillos, llegó a perder la ilusión por ser
futbolista. Ahí es donde entró Simeone, excelente entrenador, como sólo son los que consiguen rehabilitar al alicaído. Apostó por recuperarle para el Atlético y en su segundo partido anotó partida doble en el Bernabéu, donde no lo había hecho nunca.
Simeone ha devuelto la confianza a Torres, al que le ha cambiado la mirada como a otro al que varios dieron por un lastre. "Está viejo y acabado", sentenció hace unos meses Shaquille O'Neal sobre Pau Gasol, siempre dispuesto a hablar en la pista. A sus 34 años el pívot de Sant Boi está firmando un curso espléndido con los Bulls, y ante los Bucks logró 46 puntos, su mejor marca en la NBA.
Para registro el de Laia Sanz, novena y mejor mujer piloto de la historia en la categoría de motos del Dakar. En el caso de Laia su problema no es que la critiquen, sino que después tercer mundiales de enduro, 13 coronas de trial, cuatro oros en los X-Games y ser la mejor fémina en sus cinco participaciones en el Dakar apenas se hable de ella. "Ahora mismo no sé qué voy a comer", contestó cuando le preguntaron por su futuro.