Son menos de un millón en un país de más de doscientos. Y aunque se les reconoce, de momento, cerca del 14% de la superficie nacional, los indígenas brasileños se están quedando sin aire en pleno pulmón amazónico. La degradación de los derechos sobre sus tierras viene en aumento desde principios de siglo, mientras que los sucesivos presidentes han ido reduciendo el número de demarcaciones, el instrumento legal imprescindible para su supervivencia. Desde la llegada de Jair Bolsonaro al Ejecutivo en enero de 2019, la situación ha adquirido un carácter aún más dramático.
Aparte de la deforestación descontrolada de la Amazonía, Bolsonaro ha defendido la explotación de las áreas protegidas y ha sido connivente con la minería ilegal, que han provocado numerosas víctimas mortales y desplazados entre los indígenas, y arriesgado su seguridad jurídica. Además, la covid-19, a la que el presidente ha restado importancia, deja ya más de mil nativos muertos por la penetración de otras personas en sus zonas de residencia, por lo que la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil ha denunciado a Bolsonaro por genocidio ante la Corte Penal Internacional.
Ahora un fallo judicial puede p...
Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca.
Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaEl futuro de los indígenas brasileños y el Amazonas, en manos del Tribunal Supremo fue publicado en El Orden Mundial - EOM.