El cerebro es un órgano tan fascinante y complejo que no sólo intenta entenderse a sí mismo en el presente, sino que revé los pasos que lo llevaron hasta ahí y se interroga por aquello que no existe aún: ¿cómo será su propio devenir? ¿Cómo será el cerebro del futuro?
Las neurociencias cognitivas son un conjunto de disciplinas que estudian los procesos cerebrales de manera integrada e interdisciplinaria. Se proponen comprender cómo logran entre ochenta y cien mil millones de células nerviosas organizarse en circuitos eficaces y funcionales y dar lugar, por ejemplo, a nuestra conducta. Se trata, indiscutiblemente, de un enorme desafío.EL FUTURO LLEGÓ
Como esas viejas películas de ciencia ficción que veíamos en nuestra infancia, la tecnología impacta de manera asombrosa en avances para conocer y otorgarle potencialidades a nuestro cerebro. Pero no sólo eso, sino también para generar nuevos mecanismos de diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades.
El matrimonio entre la biología y la tecnología es posible debido a que los cerebros y las computadoras se comunican en dialectos de la misma lengua.
Uno de los desarrollos innovadores son los implantes neurales, dispositivos tecnológicos que se conectan directamente en la superficie del cerebro y actúan como prótesis biomédicas.
Esta nueva tecnología permite que personas con distintos grados de inmovilidad puedan accionar brazos robóticos únicamente con la fuerza de sus pensamientos.Científicos de la Universidad de Pittsburgh llevan adelante una investigación con pacientes para analizar cómo el cerebro traduce el pensamiento en acción.
Con complejos algoritmos informáticos se decodificaron e identificaron los patrones cerebrales asociados con un movimiento del brazo y de la mano. Cuando la voluntaria pensó en mover el brazo, los electrodos detectaron las oscilaciones cerebrales y se ocuparon de interpretarlas y traducirlas en comandos de movimiento que son ejecutados por un brazo robótico.
CEREBROS CONECTADOS
Otro avance que parece inspirado en la literatura de ciencia ficción lo representan las experiencias que tratan de lograr la comunicación de cerebro a cerebro, es decir, que se intercambien pensamientos en forma directa y no mediada. Investigadores de la Universidad de Duke lograron transmitir mensajes simples entre dos roedores ubicados en diferentes continentes y fueron pioneros en demostrar la comunicación de cerebro a cerebro.
La profundización en este tipo de técnica abrió un nuevo universo para los tratamientos y para la vida en general: podemos imaginar sin sobresaltarnos que en unas décadas se pueda navegar en Internet sólo con el pensamiento.
NEUROINGENIERÍA
El desarrollo de la neuroingeniería que permite potenciar las funciones cerebrales tiene un claro exponente en el proyecto europeo Brainflight, que busca lograr que se pueda pilotear un avión únicamente con el pensamiento. Siete personas con diversa habilidad como pilotos de cabina (algunos de ellos sin ninguna experiencia), que tenían una gorra con electrodos para captar los impulsos neurales, lograron volar y aterrizar correctamente un simulador del avión DA42.
SOMOS SERES EMOCIONALES
Pero los seres humanos seguimos siendo básicamente seres emocionales. Son las emociones las que predominantemente guían nuestra conducta, influyen en las decisiones e, incluso, en nuestros recuerdos. Sabemos que aunque la tecnología evolucione notablemente, es incapaz de vivencias pasiones, sentimientos íntimos, empatía, como lo hace nuestro cerebro. Por todo esto, es imprescindible saber que estas tecnologías ultramodernas deben estar al servicio de las personas y las comunidades y no al revés. Los seres humanos somos mucho más que hardware y software: somos nuestra experiencia que modula las conexiones neurales y nuestra genética, somos nuestras pasiones, nuestras frustraciones, nuestros sueños y nuestra esperanza, nuestro talento y nuestro sacrificio para imaginar un futuro mejor y alcanzarlo.