Estoy casi seguro que si Miguel de Cervantes y Saavedra hubiera nacido a principios del siglo XXI las primeras líneas de ‘El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’ hubieran sido muy distintas.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no puedo acordarme por el morao que llevaba encima vivía hasta hace poco un viejo to loco, que iba por la calle en armadura y con un caballo escuchimizao .
Y esta es la versión decente, ahora imaginad el Quijote versión cani: ‘Helllllll Hinjenhiossssho IdALGohmHhHHh Donnnnh Kijothe De lA Mannnchhhhhaaaah’ o algo peor. Todo esto viene al caso porque entre mañana y el sábado (21 y 22 de octubre) se celebra un congreso que busca vislumbrar el futuro del español en Logroño.
Un programa cargado de escritores, periodistas, catedráticos de filología o blogueros. Todos los sectores implicados en la transformación académica de la lengua. Porque lo que está claro es que todos desarrollan, mejoran y cultivan el lenguaje, poco a poco, pero no es hasta que se acepta académicamente cuando el uso está ‘permitido’. Por suerte la Fundación de Español Urgente ayuda a introducir de manera ‘urgente’ las novedades en el lenguaje.
Todo esto se va a debatir en las ‘I Jornadas Vocento: El Futuro del Español’. Algunas de las mesas interesantes, a priori, son las de “Escribimos como hablamos: jóvenes, nuevas tecnologías y español” o “El valor cultural del español y las nuevas tecnologías”. Todo, como se ve, con las nuevas tecnologías de fondo, puesto que son las que más contribuyen a la modificación de la lengua y la cultura al compartir conocimientos de manera fácil y rápida.
Ya sabéis, estad atentos al hashtag de las jornadas (#futuroenespañol) y si os apetece, nos tomamos unís vinos con pinchos por la Laurel, que no todo va a ser darle a la lengua, también hay que menear el bigote.