Ciertamente existe una alta correlación entre el sistema financiero y el desarrollo de una sociedad (El Resultado de un proceso burbujístico. Círculo Rojo, 2014) pues éste pone en contacto a demandantes de recursos con excedentarios, permitiendo que ambas partes salgan beneficiadas. Los primeros porque pueden desarrollar proyectos empresariales o destinar esos recursos al consumo y, los segundos, porque obtienen una rentabilidad de unos fondos que, de otra forma, permanecerían ociosos. Su importancia reside, además de en la divergencia de necesidades entre agentes, en la no coincidencia de estos. El sistema financiero está formado por los mercados, los activos financieros, agentes, instituciones y toda la infraestructura financiera, asimismo será más eficiente cuanto mayor sea el flujo de recursos que encuentran salida.
Aunque los mercados financieros ostentan mayor importancia en otras zonas, como EEUU, es inevitable que en Europa y, especialmente, en España, este tipo de instituciones ganen peso en detrimento de la alternativa tradicional, la banca, que actualmente ocupa un papel imprescindible en cuanto a financiación empresarial se refiere.
Bolsa y Mercados Españoles (BME) es la sociedad que agrupa los mercados de valores así como los sistemas de compensación y liquidación españoles. En los mercados de valores se negocian desde títulos de renta fija, en Senaf, AIAF y MARF, pasando por la renta variable, en Bolsa, MAB o LATIBEX, hasta los productos derivados, más complejos que el resto, en MEFT.
Quisiera destacar la importancia del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Puesto que han sido varias las ocasiones en las que he comentado aspectos del MAB, hoy voy a definir, a grandes rasgos, el MARF. Este mercado es una versión simplificada del AIAF que permite a las pymes (pequeñas y medianas empresas) emitir empréstitos de bonos, así como pagarés con volúmenes medios de entre 20 y 25 millones, pudiendo llegar a 50 millones, como ocurrió en diciembre de 2013 con Copasa, que además inauguró el mercado con esta operación.
El cambio de modelo pasa, necesariamente, por fomentar este tipo de canalizadores de ahorro, de modo que a las empresas les sea más fácil reconvertir su aparato económico y aportar así más valor a la producción.