El futuro es un lugar es uno de los títulos que barajé para mi charla de TEDxUPValència y que, casualmente, escuché a posteriori en el ensayo general dentro del discurso de Antonio Rodriguez de las Heras, lo que me confirmó que no iba desencaminado en mis reflexiones cuando coincidía con alguien de su sabiduría.
Noticias que duelen en cualquier lugar
Hay veces en que las noticias se parecen más a las balas, te atraviesan sin que tengas tiempo de reaccionar y no las ves venir. El Viernes 5 de junio llegó al grupo de Whatsapp del #TEDxUPValència la terrible noticia:
"Familia, tengo una muy mala noticia para vosotros. Hoy somos uno menos en la familia de TEDxUPValencia, nos ha dejado Antonio Rodriguez de las Heras, víctima del COVID-19..."
Rápidamente pensé en mis últimas conversaciones con él, con cierto miedo me acerqué al whatsapp y busqué:
"Estimado Antonio, te adjunto mi última reflexión, donde tengo el placer de citarte, un fuerte abrazo y espero que estés bien y que te resulte interesante "Geografía de los balcones en tiempos de crisis Covid-19"
Revisando este post encontré la cita que no recordaba del todo bien y me confirmó lo que puse, que ha sido una persona que me ha influenciado de manera notable desde que lo conocí.
"Hace unas semanas tuve el placer y el privilegio de conocer al catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid Antonio Rodríguez de las Heras y, tanto sus reflexiones sobre la sociedad digital y el sentido del espacio en el Pais Retina, como su charla final del TEDxUPValència, me han impactado profundamente a la hora de hacer pública mis reflexiones sin buscar ningún pragmatismo o utilitarismo en las mismas".
Lugares comunes
Y es que no hace tanto de eso. He de reconocer que no conocía a Antonio mucho antes de este año 2020. Cuando se hizo pública la lista de colaboradores de la 5ª edición del TEDxUPValència fui buscando a mis futuros compañeros y añadiéndolos a mis redes sociales para conocerlos. Las semanas posteriores me llegó un artículo escrito en El País Retina y lo leí, descubriendo una reflexiones que me hicieron pensar (para eso son reflexiones) y sentir (para eso son los escritores). Encontré lo que vulgarmente se llaman lugares comunes, es decir, aspectos del artículo en el que me encontraba muy identificado, sobre todo en las referencias al sentido del lugar en esta sociedad red y a la importancia del humanismo en esta sociedad tecnificada. Luego descubrí que también escribía en la Revista Telos, lo que me hizo mucha ilusión al saber que compartíamos algo en este lugar.
Al comentarlo con Belén Arrogante, licenciataria del TEDxUPVAlència, me habló maravillas de él y poco a poco fui siguiendo sus escritos, compartiéndolos e intercambiando mensajes con Antonio en Twitter y Linkedin sobre los mismos, lo que hizo que creciera mi curiosidad por conocerlo.
El día anterior al evento, en el ensayo general, se abrió la puerta y apareció un hombre mayor, pero no viejo. Se acercó hacia nosotros saludándonos uno a uno y, cuando nos encontramos, le miré fijamente a los ojos, le estreché la mano, le dije mi nombre e hizo una sonrisa de complicidad de quien desvirtualiza a alguien que no conoce físicamente, pero con quien ha conversado en la red.
Después de mi ensayo me felicitó y pasó a hacer el suyo: llenaba todo el escenario con su presencia y empezó a hablar de utopías y de la humanidad, ¿sabéis esa sensación cuando algo te absorbe y el mundo desaparece?: cuando besas a alguien por primera vez, cuando acabas una novela que te deja exhausto, cuando escuchas a tu músico favorito acariciar las teclas del piano, cuando un hijo te mira fijamente y sonríe...disfruté ese ensayo como algo mágico porque no sólo me metió en la historia que esta contando, sino que la hice mía y creí en su utopía, creí en su palabra, no desde la fe, sino desde la ciencia.
Al día siguiente se celebraba el evento y era consciente que el impacto no iba a ser el mismo, pero cuando algo se comparte crece y, en mi caso, tenía una ilusión enorme en que pudieran escucharlo en directo mis amigos Jordi y Juan, así como mi hijo mayor Hugo. De nuevo fue una actuación sublime, un cierre perfecto a una jornada intensa y el público estuvo varios minutos de pie aplaudiéndolo, ahora que lo pienso, quizás su última ovación, que triste y hermoso homenaje.
Estuvimos tomando algo al acabar el acto y me acerqué con mi hijo a saludarle y a presentárselo, quería que fuera consciente de que conocer en primera persona a alguien como Antonio es un privilegio. Estuvimos charlando, Hugo nos hizo unas fotos y Antonio se despidió porque al día siguiente tenía 5 horas de clase en Madrid. Días después hablamos por Whatsapp como he comentado y le envié por mail algunos materiales, a lo que me respondió (6 de marzo):
¡Qué estupendo regalo, querido amigo! Muchas gracias. Los leeré y escucharé con mucha atención e interés. Y seguro que habrá pronto ocasión de que charlemos sobre estos temas.Un cordial abrazo
Lugares inolvidables
Cuando me enteré de la noticia no lloré (tampoco habría pasado nada por hacerlo y contarlo), directamente puse a Leonard Cohen en Spotify, mi particular homenaje, ya que el día anterior de la charla compartí en el grupo el video de "Happens to the Heart", del disco póstumo de este poeta y comentamos poco antes de las conferencias que esta maravilla de canción era un mantra muy relajante:
El Sábado por la mañana estaba dándole el biberón a mi hijo pequeño y de repente una lágrima bajó lentamente hacia mi mejilla, no estaba pensando en él, pero supongo que estaba esperando para bajar en algún momento hermoso y este fue uno de ellos. Esa noche me acosté pensando en él y se pasó por mis sueños a saludar, aunque, con algo de ironía, en el sueño no me conocía, pero fue una hermosa despedida el recordarlo al despertarme.
El fin de semana estuve viendo las múltiples muestras de afecto hacia Antonio en Internet, confirmando lo que me transmitió desde el primer momento, que era una persona que quería y que era querida, creo que al final nos queda eso.
He de volver a nombrar a Belén, sé que a ella le ha dolido especialmente, porque lo conocía hace mucho y lo quería hace más. Desde aquí me gustaría darte las gracias por habernos dado la oportunidad de conocerlo, él era un optimista convencido, me quedo con que su última actuación fue encima de ese escenario que ella imaginó y llenó de palabras y utopías alcanzadas. Igualmente lanzar un beso a mis compañeros de #TEDxUPValència con quienes compartí su compañía y enseñanzas.
El futuro es un lugar
Dicen que cuando alguien se va queda un vacío enorme, en mi caso no lo siento así, porque tengo tanto que leer aún de él, que va a hacer que siga presente. La gente quiere ser de mayor Youtuber, futbolista o rico, yo pienso que de mayor me gustaría parecerme (en mi utopía particular) a Leonard Cohen, Horacio Capel o Antonio de las Heras: un anciano respetable, cariñoso, que transmite paz y serenidad con su experiencia y cuyas arrugas son como los surcos de los discos, una huella de su paso por la vida que, si se escucha con atención, suena a música, a poesía, a ciencia, a tecnología y, sobre todo, a humanidad.
Pensando en Antonio me vino a la cabeza "El rey se ha ido, pero no se ha olvidado", la frase que cantaba Neil Young en su canción "Hey hey, my my" de 1.979, la misma canción que citaría Kurt Cobain, de Nirvana, 15 años después, en 1.994 "Es mejor quemarse que oxidarse", todo un homenaje al "no future" del movimiento punk. Siempre he sido un utópico, pero la vida me hizo práctico y algo más pesimista, escondiendo al neorromántico adolescente. Antonio nos habló de utopías, de lugares que alcanzar, de sueños, de futuro, de mirar siempre hacia delante, de dar, de compartir, de aprender, de la vida, al fin y al cabo, me reconcilió con muchos ideales que tenía escondidos, aunque nunca perdidos.
Gracias Antonio, lo nuestro fue breve, pero intenso, tan intenso que nunca podré olvidar a ese adorable profesor que nunca me dio clase, pero que me confirmó lo que siempre había sospechado: que el futuro es el lugar al que nos dirigimos.
Nos veremos en algún lugar del futuro: en el País de Nunca Jamás, en el País de las Maravillas, en Cicely, el pueblo utópico de Doctor en Alaska, en el País de los sueños del grupo 713avo Amor, en la isla de Tomás Moro, en la geografía del futuro, en cualquier lugar donde la utopía se alimente de la fantasía para soñar, como tú nos enseñaste, en un mundo mejor.
Bonus track:
Utopías: para salir del presente | Antonio Rodriguez de las Heras | TEDxUPValència
"Con frecuencia las utopías se consideran ensoñaciones, propuestas irrealizables, incluso engaños, pero y ¿si fueran necesarias para salir del presente para tener una actitud crítica y una motivación creativa para remover lo establecido? Las utopías reflejan la manera en que nos situamos en el tiempo, cómo interpretamos el futuro, el presente y el pasado. Hoy se atiende más a las distopías que a las utopías, ¿por qué?"