El Futuro Gobierno De #Bolivia Y La Clase Media “Pita”

García Linera indica que uno de los motivos de la revuelta de las  “Pititas” se debe a que la clase media creció económicamente a un ritmo menor que las clases trabajadoras de Bolivia durante los últimos 14 años y que su acceso a la ascensión, se vio mermado por la disminución de la importancia del apellido para realizar negocios , obtener un empleo,etc [1]

En este sentido, es importante revisar qué han hecho los gobiernos de derecha de la región que han ascendido al poder en los últimos años respecto a la insatisfacción de la Clase Media. Esta comparación servirá para entender si la clase media “Pita” de Bolivia puede aspirar a una mejora de su situación o a un empeoramiento que la lleve a engrosar las filas de la pobreza:

Para empezar es necesario contextualizar el tema indicando que en los últimos cinco años se sumaron a la pobreza extrema en América Latina 17 millones de personas.  Mientras en 2014 había 46 millones en esta situación, en 2018 subieron a 63 millones, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).[2]

Veamos algunos países con gobiernos de derecha en los recientes años:

Argentina

Según datos del INDEC (Institución de estadística de Argentina), entre 2015 y 2019 más de “2.700.000 personas dejaron de pertenecer a la clase media”[3] gracias a las políticas neoliberales de Macri (amigo y compañero de ruta de Doria Medina) que destruyeron las condiciones de estabilidad y crecimiento económico generadas en la década anterior por el Kirchnerismo .

Del  total de ex clasemedieros , “el 71,6% (más de 1.900.000 personas) pasa a engrosar el estrato de pobres no indigentes, el 17,8% (más de 490.000 personas) pasan del estrato medio a la indigencia, el 3,7% (más de 86.000 habitantes) se suma a la población vulnerable y el 0,2% (5.600 personas) se sumaron a la población con fragilidad de ingresos”. [4]

“Solo el 7,4% de la clase media argentina (unas 200.000 personas) vivieron un proceso de movilidad social ascendente y pasaron a ser parte de los sectores acomodados. “Desde la perspectiva de los ingresos, la Argentina clasemediera no domina ya el paisaje social” de Argentina. En el período de Macri los sectores medios pasan de representar el 43,5% de la población a significar el 37,4%”. [5]

Héctor García y María Ortega se sientan en su tienda improvisada en una vereda en Buenos Aires. “Sigan así que pronto van a estar acá conmigo”, dice García a los transeúntes riéndose | Foto: Natacha Pisarenko, AP, febrero de 2019.

Respecto al total de la población Argentina, el 57,4%  de la población en 2019  se encuentra en situación de vulnerabilidad social que va, desde la fragilidad de ingresos hasta la indigencia. Se trata de 25,7 millones de personas que viven en hogares con consumos por debajo de lo socialmente aceptable. De ese total el 60% son pobres y el 40% restante transita entre la vulnerabilidad y la fragilidad de ingresos. [6]

Brasil

Según el economista Marc Morgan, como en el caso de Bolivia que explica Garcia Linera, mientras que los ricos y los súper ricos continuaron expandiendo sus ingresos en Brasil entre 2001 y 2015 y el 50% más pobre también acumuló mayores ganancias, “la clase media” evolucionó menos.

Esto no es exclusivo de Bolivia y Brasil sino una tendencia similar a la de los otros países de Occidente, donde las clases medias perdieron terreno, entre otras razones, cuando Asia ascendió empleando mano de obra barata en la producción industrial. En Brasil, la participación de la clase media en la renta cayó de 33,1% a 30,6%.[7]

En el periodo Temer-Bolsonaro los datos, presentados por el centro de estudios económicos “Fundación Getulio Vargas (FGV)”  y del “Instituto Brasileño de Geografía y Estadística” (IBGE), indican un récord de 4 años y tres meses de crecimiento de la desigualdad de renta en Brasil.

De 2014 a 2019, la renta del trabajo de la mitad de la población brasileña más pobre cayó un 17,1 por ciento, según el informe, mientras que la renta del 1 por ciento más ricos subió un 10,11 por ciento en el mismo período. La renta de la parte de la población considerada como clase media (situada entre el 40 por ciento de intermediarios) tuvo una caída del 4,16 por ciento.[8] Los 12,3 millones de brasileños desempleados, representan una tasa de paro del 11,7%, casi tres veces más que hace cuatro años.[9]

La pobreza extrema en Brasil alcanzó en 2018, con el Gobierno del derechista Jair Bolsonaro, su mayor nivel desde 2012, con el 6,5 por ciento de la población, que equivalente a 13,5 millones de personas [10]

A partir de estas evidencias sobre la experiencia de Argentina y Brasil , la situación que se plantea en Bolivia es clara: La clase media nueva y tradicional debe optar entre un crecimiento moderado o ir a engrosar las filas del desempleo y la pobreza.

En los hechos, todos los candidatos de la derecha boliviana encarnan estas políticas contrarias a la clase media, sin distinción. El único que ha tratado de “desmarcarse” en su discurso sobre “mantener lo bueno” es Carlos Mesa, y por ello resulta ser el más peligroso de ellos para la sociedad boliviana y la clase media “Pita”.

Pocos ya recuerdan como este individuo estafo varias veces al país con mentiras y promesas de discurso que incumplió de forma religiosa en los hechos:

He aquí cómo nos engañó en 2002:

Y he aquí cómo terminó todo: 

Lo bueno para las “pititas” es que han juntado muchas sogas y cuerdas. Deben guardarlas  para cuando empiece el descenso social, el desempleo y el hambre…

Ejemplos hay de cómo pueden usarlas para aguantar cinco años , como lo hicieron en la Argentina de Macri:

Lo bueno para las “Pititas” es tambien que con tanta cuerda y soga tendran un remanente para ayudarse con la alimentación mientras cargan con el Gobierno de Añez o Mesa. Es importante estudiar el uso que le dan ciertos animales a estas fibras para ir aprendiendo sus propiedades gastronómicas:

Bibliografía

-Casi tres millones menos en la clase media 24 de agosto de 2019