El futuro es incierto lo mires como lo mires. Por muy claro que pretendas verlo. Por más fuerza e ilusión que te imprima el hecho de planear cosas. Estamos a un minuto de una hecatombe. No obstante y por eso mismo, hay que ser optimistas y vivir plenamente cada minuto. Se habla mucho de ello, pero nadie trabaja para mejorar lo que llamamos calidad de vida y los científicos han vaticinado un futuro desolador para el planeta.
Lo mismo da que nos adviertan de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. "Los líderes mundiales -asegura Corey Brandshaw, profesor de la universidad australiana de Flinders-, necesitan una 'ducha fría' sobre el estado de nuestro medio ambiente, tanto para planificar como para actuar en aras de evitar un futuro espantoso".
"El problema se ve agravado por la ignorancia y el interés propio a corto plazo. Por la búsqueda de la riqueza y los intereses políticos que obstaculizan una acción que es crucial para la supervivencia".
Por su parte, recojo de uno de los últimos números de National Geographic las palabras de Paul Ehrlich, profesor de la universidad de Stanford, que sabe que la pérdida de la biodiversidad no es asunto prioritario para ningún gobierno, y asegura que estamos haciendo trampa de contínuo "ejecutando un sistema fraudulento piramidal a nivel ecológico en el cual la sociedad "roba" a la naturaleza y a las generaciones futuras para pagar hoy por una mejora económica a corto plazo".
Es evidente que vamos por mal camino, que no miramos a los lados, que no creemos en los científicos, pues tenemos entre ceja y ceja el objetivo de correr para llegar más lejos, para acumular más riqueza. Es como esa lectura en la que el ser humano se nos muestra insaciable.
El asunto es llegar al futuro a toda costa, más velocidad, más consumo, dejar atrás todo lo que impide nuestro crecimiento, subir más y más alto, sin detenernos a pensar que estamos a un paso de cargarnos el mundo. Y ni las pandemias más voraces, como la que estamos pasando, motivarán un cambio que nos lleve hacia un futuro sostenible, porque todo el mundo mundial está esperando que haga efecto la vacuna para echar a correr de nuevo.