de muchos aficionados a la ciencia ficción o sus películas más representativas, el panorama no ha cambiado de la forma en que nos mostraban. Los Supersónicos (serie animada) y Volver al futuro 2 (película), nos planteaban un mundo en donde la tecnología gobernaba nuestras vidas: autos voladores, robots sirvientes, aparatos especiales para vestirnos o bañarnos sin mover un dedo, un cine por hologramas, con colonias espaciales, como en la Luna o Marte y un sinfin de cosas más. Sin embargo, nada de eso hay, al contrario, seguimos en autos movidos por ruedas y gasolina, aun existen sirvientas humanas, por que las robots solo están en Japón y no en todos los hogares del mundo; los hologramas son un
asunto aun en desarrollo; y aun seguimos incipientes en la llamada carrera espacial. Incluso, cuando se pensaba que EUA seguía como potencia indiscutible del mundo o bien un mundo unificado, tenemos la cruda realidad del terrorismo, y una China emergente que parece anunciar el ocaso de los gringos.Es curioso que en ambos ejemplos que di, en ese futuro sigan existiendo computadoras del tamaño de un salón de clases y el fax siga siendo un medio de comunicación destacado; cuando sabemos que la Internet es amo y señor de la comunicación actual, así como hay computadoras cada vez más pequeñas. Recuerdo que incluso hasta los años 1990 las series de aventuras y superhéroes tenían un lugar especial con una supercomputadora con botones y lucecitas, del tamaño casi de una casa, tal era el caso de Batman o de El Santo. ¡Ah!, pero los Power Rangers se modernizaron, empezaron con una supercomputadora por la que Zordon y el robot Alpha planeaban sus estrategias y encontraban al enemigo, pero las últimas series y temporadas de los mismos, usan una laptop o una computadora de escritorio, que seguramente ha de tener su memoria en terabytes de memoria RAM, para hacer todo cuanto esos tipos hacen.




Esperemos que la tecnología de la siguiente década, no solo se enfoque a sorprendernos o hacernos la vida más fácil, sino a ser más amigable con el medio ambiente, y no llegue para cuando el diluvio de Deucalión o Noé nos castigue por no haber cuidado nuestro planeta.


