Sinopsis:
¿Y si tu marido fuese tu peor enemigo? ¿Y si ni siquiera su muerte te librara de él? Cuando el barón Hamilton fallece de forma inesperada, su viuda, la joven Marian Fillmore, cree que por fin se verá libre de un esposo abusivo y maltratador. Sin embargo, las condiciones que establece en su testamento la obligan a permanecer atada a un lugar al que odia y a su cuñada, tan cruel y déspota como su hermano. La llegada del hijo del barón, procedente de América, será la única luz de esperanza en el porvenir de Marian. Solo él será capaz de cambiar su destino y el de las personas a las que ama, aunque el precio a pagar será demasiado alto. Porque, ¿hasta dónde es lícito sentirse atraída por el hijo de su difunto marido?
Opinión personal:
Esta es una de esas sinopsis que me atrapa y, al mismo tiempo, me hace pensar en una novela con un argumento algo distinto. Cosas mías, lo sé, pero supongo que eso ha provocado mi pequeña decepción
Con lo poco que se publica de novela romántica victoriana o de regencia, estas portadas llaman en seguida mi atención, poco me importa que sea de una autora que no conozco y de la que apenas pueda encontrar información, por lo que, lo primero que me viene a la mente es que debe ser una autora española bajo seudónimo. Algo que, dado las grandes autoras de calidad que tenemos, no termino de entender. Pero que claro que es algo que yo me imagino y que en absoluto tengo verificado y, desde luego respeto.
No puedo dejar de decir tampoco que es una novela corta. Y eso sí que me ha sorprendido de forma negativa. Lo siento, no tan solo porque creo que hay temas que me han parecido que se desarrollan poco, y más dado la complejidad de los mismos, sino por el precio.
La novela ha empezado muy bien. Es una historia triste, de las que tiene trampa, ya que la autora va desgranando poco a poco todas las desgracias que ha vivido la protagonista ganándose desde el primer minuto la ternura y el cariño del lector. Una mujer con una vida realmente compleja, totalmente falta de cariño y vendida al peor postor siendo apenas una niña. Fácil imaginar por lo que ha tenido que pasar en una casa en la que solo ha encontrado la maldad y no solo por parte de su marido sino también por la única mujer con la que comparte techo. Sus penurias han hecho de ella una mujer apocada y, sobre todo, sacrificada por los que realmente quiere. Le han roto tanto el espíritu que no le quedan ganas ni de relevarse y me he quedado esperando un giro en su esencia que no termina de ocurrir. Seguramente este tipo de personajes se adecua mucho más a la época que las protagonistas valientes y arrojadas que a mí me gusta encontrar. Pero ya sabemos que cualquier lector tiene sus arquetipos preferidos y esta no ha sido de las mías.
La presencia de él en la historia es una mera casualidad. Poco se explica también de los motivos que le hicieron abandonar el hogar, aunque sí que quedan clarificados, no así su pasado y cómo se ha convertido en quien es. Ese hombre de negocios, que se supone que de la nada ha montado un buen negocio, al menos el suficiente para permitirse hacer lo que hace durante la novela.De la cuñada, ese personaje secundario que tan relevante resulta en la historia apenas nos dan información. ¿Por qué es así? ¿Qué relación tenía con su hermano? No sé, son temas que ni se intentan plasmar como si no tuvieran importancia cuando, desde luego, la tienen y mucha.Otros secundarios aparecen en la historia pero tampoco terminamos de saber mucho de ellos.
No voy a negar que la historia de amor entre ellos es bonita, diré más, es de esas que se cuecen a fuego lento como a mí me gusta y creo que la autora busca el estilo de las historias de antaño donde los personajes se enamoran después del trato. Pero en general lo que me ha quedado cuando la he terminado es una sucesión de desgracias. Y la sensación de un amor que ellos intentan evitar por todos los medios y por el que no termina de luchar ninguno de los dos. Con un final que ya he leído antes.
Es algo muy personal, sé perfectamente que estas historias con personajes atormentados y que tienden al dramatismo es lo que ahora gusta en muchos sectores, pero no es mi caso. Leo para divertirme, para disfrutar de un rato de relax y olvidarme del día a día y, cuando todos los personajes aparecen trayendo consigo desventuras, al final estos temas, que por otro lado son muy serios, al final terminan perdiendo peso.
«El futuro tienen un nombre» me ha resultado una lectura entretenida, no lo voy a negar, pero que olvidaré con facilidad. No quiero ser muy exigente, y más teniendo en cuenta que no he encontrado otra publicación de esta autora, por lo que se supone que es su primera obra. Siempre digo que escribir novela histórica es muy complejo. No sería la primera vez que encuentro al final de la novela temas aclaratorios sobre hechos o inventos que se adelantan y que me confirman la documentación de la autora. En absoluto soy una experta en temas, como por ejemplo los derechos de la mujer en 1820, por ello no voy a juzgar cierto tema que aparece en la trama, pero sí que quiero comentar que me ha resultado extraño.
En general, he echado en falta un mayor detalle en el carácter de los personajes, algunos quedan demasiado difuminados o con un cambio brusco y, ante todo, en lo complejo de los temas que se tratan, todo ellos enmarcado, eso sí, con un estilo correcto y algunos fallos que se podrían mejorar con una revisión más cuidada.
Una novela entretenida de la que me esperaba más.
Datos de interés: Ficha del libro: - Ficha de la autora:
Pepa