El personaje de la saga de Terminator ha inspirado el nombre del nuevo material
"Somos gente seria", aclara el científico Ibón Odriozola después de escuchar al otro lado del teléfono la palabra Terminator, apodo del primer plástico del mundo capaz de autoregenerarse a temperatura ambiente, sin necesidad de aplicar ningún tipo de agente externo ni catalizador.Los investigadores le llamaban así en la intimidad de los laboratorios de Cidetec, en San Sebastián, por las similitudes del material con el androide de metal líquido (T-1000) de la saga Terminator, pero una periodista de la Royal Society se hizo eco del pseudónimo, y al final el polímero se quedó con el nombre. "Era una broma, nosotros le llamamos polímero autoreparante", explica a Teknautas el investigador.
A nivel de ciencia básica, en el mundo existen materiales parecidos, pero ninguno es completamente independiente a la hora de repararse. "Hay bastantes grupos trabajando con sistemas poliméricos, pero el nuestro es el primer plástico del mundo que no necesita la aplicación de calor o luz ultravioleta para activar el material".
"A nivel comercial, ahora mismo sólo existe un tipo de pintura con propiedades similares", apunta Odriozola. Desde que su descubrimiento fuese publicado por la Real Sociedad Británica de Química, varias empresas han llamado a su puerta.
"Lo que hemos hecho un tipo de goma, muy común, pero con la particularidad de que se repara sola, como si estuviese viva, igual que una herida en nuestro cuerpo. Si un objeto o una pieza se corta y se parte en dos, en un par de horas volvería a estar unido". Siendo exactos, el material puede regenerar el 97% de los enlaces en 120 minutos.
Según Odriozola, la clave para desarrollar el nuevo polímero, misión que han cumplido después de dos años de trabajo, en el marco del proyecto europeo Shine, ha sido "encontrar un tipo de química que es reversible, dinámica, donde el enlace que une las moléculas del material esté en constante equilibro, mientras las moléculas están constantemente vivas, reaccionando unas con otras".
Aunque de momento se trata de ciencia básica, el objetivo es transferir la tecnología al ámbito privado para desarollar lo antes posible aplicaciones comerciales, aunque habrá que esperar.
Ésa es, precisamente, la principal función de Cidetec. Sus clientes son empresas, algunas multinacionales, que ponen continuamente a prueba su capacidad científica. "Al fin y al cabo como un centro tecnológico y queremos una utilidad para nuestras investigaciones. Por eso desarrollamos este tipo de materiales, con el fin de fabricar productos".
En ese sentido, su capacidad industrial no es grande. "Somos un laboratorio, y hemos fabricado el polímoro a escala de 100 gramos, aunque es fácilmente escalable. Al final, son materiales que se producen a toneladas y nosotros sólo tenemos reactores de hasta diez kilos", apunta el investigador.
¿Para qué sirve?
Más allá de la curiosidad del avance, las aplicaciones industriales del nuevo plástico pueden ser revolucionarias, abarcando múltiples sectores, desde la automoción y el transporte, pasando por la construcción, hasta la industria electrónica. En el punto de mira de las multinacionales está la futura fabricación de gadgets y piezas de todo tipo.
"Se trata de que los materiales tengan una mayor durabilidad. Por ejemplo, una pieza de un coche, como un antivibratorio, que con la fatiga se va rompiendo. Si estuviese fabricado con el polímero, no habría que cambiarlo. Y como éste, infinidad de ejemplos. Cualquier pieza de plástico fabricada con este material se iría regenerando de forma autónoma. Al final, todo esto se traduce en que habrá menos gastos en reparación". C. Marco