Estas olimpiadas no tenía yo el espíritu deportivo a punto. Lo habíamos comentado en casa, que nosotros tan dados a tragarnos horas y horas de deportes varios durante los Juegos, en estos estábamos apáticos e indiferentes a Londres.
Lo cierto es que con lo de la polémica de los uniformes que la verdad es que son realmente feos se me habían quitado las ganas de mirar deporte.
El caso es que poco a poco te vas metiendo horas enteras de futbol, Natación, Voley playa, gimnasia, ciclismo y así tu espíritu olímpico se va ejercitando.
Pero los resultados hasta ahora, la verdad es que dejan bastante que desear, además uno se cansa de oír al comentarista de turno lo del “Huyyy que pena”, “ahhh se cayó”, que mala suerte.
Y claro, empiezas a ver que los nuestros no llegan ni a finales, que si llegan a finales, llegan los últimos y piensas que a lo mejor no es mala suerte, es simplemente que no tienen el nivel para competir por medallas ó diplomas olímpicos y ya está.
Al día siguiente lees en la prensa lo del gafe de los uniformes y una que es bastante racional para esas cosas piensa que sí, que los uniformes son jodidamente feos, la chaqueta del chándal entran ganas de tirarla a un contenedor de basura y decir que la has perdido y eso, pero que por feos que sean no pueden influir en los resultados de nuestros deportistas; que es posible que el nivel con el que se ha llegado no era el mejor posible.
Y te pasas otro día ahí mirando a unos y a otros y los nuestros se lesionan ó no llegan por poco ó una decisión arbitral decide que no, que pierdes y punto y mientras, los comentaristas siguen hablando de mala suerte y de qué pena, por poco, casi…
Tú estás ahí mirando a los deportistas y el maldito uniforme te parece cada vez más feo, y recuerdas que han dicho que era gratis y que incluso la empresa daba dinero para que lo llevaran y piensas: “No sé cuanto darán pero seguro que es poco, porque cuidado que es feo el jodío”
Y al día siguiente los periódicos siguen insistiendo en que tenemos mala suerte, que por poco, que una lesión que si tal, que si cual pero tu raciocinio te dice que sí que es de espanto, pero que no tiene nada que ver con los resultados coño, que eso es mezclar churras con merinas y nada pues que ya llegarán las medallas.
Y ya hoy cuando ves al chaval de la contrarreloj que está en la salida y da la primera pedalada y se le rompe la cadena, joooooder y piensas “¡¡¡pero qué clase de mecánicos tiene este hombre que no revisan eso antes de salir!!! “ y claro ya ni medalla ni nada porque eso es culpa del equipo de mecánicos, pero ya cuando ves que pincha una rueda ya empiezas como una loca en casa frente al televisor.
-¡¡¡Quítatela, hijo quítatela!!!. ¡¡ Tira esa mierda de uniforme a donde sea!!
Y sube EL Niño que estaba durmiendo.
-¡¡¡Pero que pasa, madre porqué gritas como una loca!!!
-¡¡Porque ese uniforme horrible que les han puesto va acabar matándolos, joder!!!
-¡Anda ya! Qué tendrá que ver el uniforme con que sean unos mantas…
-Sí, eso decía yo antes de ayer.
-Esta tarde la rojita le va a meter 8 a Marruecos
-¿¿¿Jajajaja, con ese uniforme??? Ni locos.
¡Gracias! Mireia Belmonte medalla de plata en natación me ha devuelto la confianza en el raciocinio.