La autora debutante transforma una experiencia personal y el carácter tímido de su gato en una fábula en catalán llena de poesía, resiliencia y ternura que invita a niños y adultos a confiar en sí mismos.
Por: Alberto Berenguer / Instagram: @tukoberenguer, @delecturaobligada

Comenzamos esta entrevista hablando sobre su primer cuento infantil autopublicado. ¿Cómo nació la idea de ‘El Gatito y el Viento’? ¿Hubo alguna experiencia personal que le inspirara esta historia tan poética y cargada de valores?
Pues verás, la escritura es algo que siempre me ha encantado pero nunca antes me había atrevido a algo así. Fue un cúmulo de cosas que hicieron que me lanzara a por este proyecto. La primera fue una lesión en la espalda que me alejó de mi rutina de trabajo, niños, casa y más trabajo. Esto se juntó con las ganas de hacer algo que me llenara y me hiciera sentir realizada. La elección del protagonista fue porqué recientemente hemos adoptado dos gatitos de mes y medio y uno de ellos es muy tímido, miedoso y poco atrevido. Entonces me recordó a una experiencia personal que tuve en el instituto que me marcó muchísimo y que os cuento más adelante.
Mixu, el protagonista, sueña con volar pero se siente diferente. ¿Qué simboliza para usted este deseo de volar y cómo conecta con los miedos infantiles?
El deseo de volar simboliza la necesidad que todos tenemos de crecer, de confiar en nosotros mismos y de atreverse a soñar, aunque a veces nos sintamos distintos. En la infancia los miedos aparecen con mucha fuerza: miedo a no encajar, a no poder hacer lo mismo que los demás. Con Mixu quise mostrar que esas diferencias pueden convertirse en alas si aprendemos a confiar en nosotros mismos.
El cuento está lleno de metáforas. ¿Cómo encontró el equilibrio entre un lenguaje poético y una narrativa accesible para los más pequeños?
Fue un reto bonito. Me gusta escribir con un tono poético, porque creo que la musicalidad del lenguaje también emociona a los niños, aunque no lo entiendan todo de forma literal. Al mismo tiempo, cuidé que las frases fueran claras y sencillas, para que los más pequeños pudieran seguir la historia. Busqué un equilibrio: que los adultos leyeran entre líneas y que los niños disfrutaran de la magia de las palabras.
En el libro, el viento invita a dejar ir lo que pesa. ¿Qué mensaje quiso transmitir con esta idea tan poderosa?
Quise transmitir la importancia de soltar lo que nos limita, sean miedos, inseguridades o pensamientos que nos frenan. El viento es ese aliado que nos ayuda a liberarnos y nos recuerda que, para poder volar, hay que aligerar el corazón. Es un mensaje para los niños, pero también para los adultos que les acompañamos.
Esta es su primera publicación y ha optado por autopublicar en Amazon. ¿Cómo ha sido el proceso y qué aprendizajes lleva hasta el momento?
Ha sido un proceso muy enriquecedor. Autopublicar en Amazon me ha dado libertad y la posibilidad de aprender cada paso: desde la maquetación hasta la portada y la difusión. No es sencillo, pero se aprende muchísimo. Sobre todo me llevo la idea de que los sueños son posibles si damos el primer paso, aunque sea pequeño. Y como dice mi cuento, le puse coraje y creí en mi misma.
Las ilustraciones tienen un papel muy importante en la historia. ¿Cómo fue el proceso de creación visual? ¿Las realizó usted o colaboró con algún ilustrador?
Las ilustraciones son una parte esencial del cuento, porque transmiten emociones que las palabras no siempre alcanzan. En este caso, trabajé con un estilo visual muy cuidado, con la ayuda de la IA creé a Mixu y con Canva hice el resto. Fue un proceso de imaginar cómo sería Mixu, cómo soplaría el viento y cómo dar calidez a cada página.
El cuento está recomendado a partir de 1 año. ¿Cómo imagina que las familias pueden acompañar esta lectura con los más pequeños?
Me gusta pensar que es un libro que se puede leer de muchas maneras. Con los más pequeños, a partir de un año, puede ser una lectura compartida, observando juntos las ilustraciones, inventando sonidos del viento, señalando los detalles. Y a medida que crecen, pueden ir descubriendo el trasfondo del mensaje. Mis hijos me ayudaron con la idea de escribirlo en letra de palo y ligada, pues el mayor (8 años) ya lee letra ligada y la pequeña de 6 está con la letra de palo haciendo la transición a ligada. Entonces pensé que así podrían leerlo los dos. Ellos escogen si quieren leer en un tipo de letra u otro, dependiendo del día y las ganas que tiene. Tengo que decir que me encanta ver la evolución en la lectoescriptura de mis hijos.
¿Qué ha significado para usted, a nivel personal, dar vida a este libro y compartirlo con el mundo?
Ha sido un sueño hecho realidad. Escribir y publicar este cuento me ha permitido dar forma a algo muy íntimo y compartirlo con otras familias. Es un acto de confianza y de gratitud, porque siento que los libros nos conectan entre generaciones. Además, como he comentado al inicio, tuve una experiencia personal que me marcó muchísimo. Mi sueño desde que era pequeña era ser veterinaria. No me veía haciendo nada más en la vida. Tampoco lo quería. Era mi sueño. Cuando estaba en bachillerato, pasé por un mal momento por razones personales y una profesora me dijo que mejor dejara los estudios y me pusiera a estudiar FP porqué estaba perdiendo el tiempo y nunca llegaría a la universidad. Eso me marcó muchísimo. ¿Cómo iba a renunciar a mi sueño; a todo lo que había querido siempre? en vez de renunciar a él lo que hice fue ponerle todas mis ganas y mi energía y conseguí no sólo sacarme la carrera de veterinaria sinó conseguir una beca para irme al extranjero a seguir formándome. Allí descubrí mi otra pasión que es la enseñanza. Ahora animo siempre a mis estudiantes a perseguir sus propios sueños y a que nunca nadie ni nada les quite las ganas de seguir luchando por ellos.
¿Qué destacaría de su cuento infantil titulado ‘El Gatito y el Viento’? ¿Tiene pensado traducirlo?
Destacaría que es un cuento con varias capas: es sencillo y tierno para los niños, pero al mismo tiempo invita a reflexionar a los adultos. Lo he catalogado como cuento para hacer crecer la autoestima, confianza y motivación. Y sí, me encantaría traducirlo, porque creo que el mensaje de Mixu y el viento puede viajar y llegar a familias de diferentes lenguas y culturas. De hecho, lo tengo en dos idiomas: en catalán y en castellano. El siguiente paso es traducirlo al inglés y francés.
Ahora queremos conocer un poco más su faceta como lectora. ¿Cuál ha sido el último libro que ha leído? ¿Lo recomendaría a quienes siguen este blog?
Antes de embarcarme en la maternidad era una lectora voraz: devoraba libros como La sombra del viento, Los pilares de la tierra, La infiel, El niño del pijama de rayas, Pell freda o El ocho. Leer era uno de mis grandes placeres. Desde que soy madre de dos niños pequeños, y con el trabajo de profesora y veterinaria, además de las dos oposiciones a las que me he presentado y la aventura de escribir, ilustrar y autopublicar mi primer cuento, reconozco que mi tiempo para la lectura se ha reducido mucho. Aun así, sigo leyendo, aunque de otra manera. Últimamente me he centrado en libros de crianza y desarrollo personal, que me acompañan en esta etapa como madre. Algunos que me han inspirado especialmente son Límits o Enrabiats de Miriam Tirado, que recomiendo a cualquier familia que busque recursos para entender mejor el mundo emocional de los niños.
¿Hay algún libro infantil que, como lectora adulta, le haya emocionado especialmente?
Un libro infantil que me ha emocionado especialmente como adulta es El árbol rojo, de Shaun Tan. Es un álbum ilustrado que, con pocas palabras y unas imágenes muy potentes, transmite de forma poética la tristeza y la esperanza. Me conmovió porque habla de emociones complejas con una sensibilidad que llega tanto a los niños como a los adultos. Y, si me permito añadirlo, también mi propio cuento El Gatito y el Viento me ha emocionado mucho. Al escribirlo, ilustrarlo y verlo convertido en un libro real, he revivido esas emociones que quería compartir con los niños y con las familias. Es un proyecto muy personal que, de algún modo, también me ha hecho sentir como lectora.
Creo que los buenos cuentos infantiles tienen esa magia: la de acompañarnos en cualquier etapa de la vida.
¿Qué busca usted en un buen cuento infantil como lectora: el mensaje, las ilustraciones, la musicalidad del lenguaje…?
Para mí un buen cuento infantil combina todo eso: un mensaje que inspire, ilustraciones que emocionen y un lenguaje que acaricie. Es un equilibrio entre lo que se ve, lo que se entiende y lo que se siente.
Para cerrar la entrevista, ¿tiene en mente nuevos proyectos o cuentos infantiles tras esta primera experiencia como autora? ¿Dependerá su continuidad de cómo sea recibido ‘El Gatito y el Viento’ por los lectores?»
Sí, de hecho El Gatito y el Viento es el primero de una colección que tengo en mente: “Los sueños de Mixu”. Cada cuento girará en torno a una emoción y un elemento de la naturaleza, como la lluvia, el rayo o la luna. Evidentemente, la acogida de este primer libro será importante, pero pase lo que pase seguiré escribiendo, porque los cuentos son mi manera de dar voz a lo que siento. De hecho ya he empezado con el segundo cuento de la serie que se titula “El Gatito y la lluvia triste”.
