Blackie con la soprano francesa Jennie Tourel
Gjon Mili nació el 28 de noviembre de 1904 en Korçë, en lo que entonces era el Imperio Otomano y actualmente Albania. Pasó su infancia en Rumanía y estudió en Bucarest antes de trasladarse a Estados Unidos en 1923 para estudiar Ingeniería en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), donde conoció a Harold Eugene Edgerton, uno de sus profesores. Se licenció en 1927 como ingeniero eléctrico y empezó a trabajar en investigación eléctrica. Siguió en contacto con Edgerton, que desarrolló – pero no inventó – la luz estroboscópica.
Blackie en un desfilé de moda para novias
Blackie mordisqueando el pie de una contorsionista
Su carrera como fotógrafo profesional no empezó hasta diez años después, en 1927, cuando la revista Life publicó varias fotos “stop-motion” suyas del famoso tenista Bobby Riggs, las primeras de una relación profesional que duraría 40 años, hasta su fallecimiento en 1984. Durante estas cuatro décadas recorrió el mundo fotografiando acontecimientos deportivos, conciertos, monumentos, a artistas, celebridades. Visitó a Picasso en la Costa Azul, a Pau Casals en Prades, a Adolf Eichmann encarcelado en Israel, entre otros… Se han publicado miles de fotografías suyas no solo en Life, sino en otras muchas revistas.
Blackie, Gjon Mili’s Cat
Blackie, Gjon Mili’s cat, sitting on piano as Jennie Tourel, French opera star, sings.
Fue uno de los primeros fotógrafos en usar el flash electrónico y la luz estroboscópica para captar movimientos a veces imperceptibles para el ojo humano. Desde que empezó como fotógrafo disparaba varias veces seguidas con gran rapidez, lo que le permitía captar una serie de imágenes en un solo fotograma. Era un formato ideal para el teatro, la danza y los deportes, pero lo realmente increíble es que sus fotos siguen siendo tan sorprendentes hoy, casi ochenta años después.
En 1944 dirigió el cortometraje “Jammin’ the Blues” (https://vimeo.com/54355893), rodado en los estudios de Warner Bros. con músicos como Lester Young, Red Callender, Harry Edison, “Big” Sid Catlett, Illinois Jacquet, Barney Kessel, Jo Jones y Marie Bryant. El director de fotografía no fue Gjon Mili, sino Robert Burks, pero la película, en algunos momentos, usó una técnica muy parecida a las imágenes múltiples que conseguía el fotógrafo con luz estroboscópica. Algunos la han calificado de “la mejor película de jazz jamás filmada”. Clint Eastwood incluyó algunas imágenes del corto en su película “Bird” (1988), acerca de la vida del músico Charlie “Bird” Parker.
Gjon Mili’s cat Blackie being hugged by nightclub entertainer Maune de Revel
A estas alturas ya deben estar preguntándose qué tiene que ver todo esto con los gatos. Pues bien, Gjon Mili tenía un gato llamado Blackie. Mucho más no se sabe, excepto que fotografió a Blackie innumerables veces solo o acompañado, como lo demuestran las fotos incluidas en esta entrada. Por lo que se deduce de estas fotos, Blackie no parecía molesto, e incluso podría decirse que era un gato de lo más sociable. Casi todas las fotos de Blackie parecen haber sido hechas en una iglesia desacralizada de Montclair, Nueva Jersey, que servía de estudio al fotógrafo. Bueno, de estudio y de lugar de reunión donde disfrutaba de las “jam sessions” de sus amigos músicos de jazz. Por lo que se ve, Blackie también participaba. Pero no se sabe nada más de Blackie, ni cómo llegó ni qué fue de él ni cuánto tiempo vivió con Gjon Mili. Solo que era un gato espléndido, y que debió ser muy amable.
En los años 40, Gjon Mili fue ayudante de otro famoso fotógrafo, Edward Weston, con el que compartió el amor por los gatos. Añadiremos que Henri-Cartier Bresson (otro gran amante de los gatos) (http://nazarinasociacion.org/2014/10/31/el-fotografo-y-el-gato-ulises/ dijo de él: “Admiro su sentido de la economía, su respeto por el oficio y su rechazo de las pretensiones”. Por cierto, la fotógrafa Martine Franck, esposa de Cartier-Bresson, fue la ayudante de Mili en 1964.