El gato de Cheshire visto por Tim Burton
El gato de Cheshire se hizo famoso gracias a Lewis Carroll, el autor de “Alicia en el país de las maravillas”, novela escrita en 1865. Es un gato peculiar que tiende a aparecer y desaparecer sin previo aviso poniendo nerviosa a Alicia, que durante su segundo encuentro se lo dejó claro: “Le agradecería que no se empeñara en aparecer y desaparecer con tanta rapidez, una acaba mareada”. En esa ocasión, el gato desapareció con lentitud, empezando con la punta del rabo y terminando con su sonrisa, que se quedó flotando algún tiempo. Y Alicia pensó: “¡Vaya! A menudo he visto gatos sin sonrisa, pero nunca una sonrisa sin gato”.
Aquí todos estamos locos
El gato de Cheshire y su sonrisa pasaron de la literatura a la cultura popular para introducirse en otros medios, desde las viñetas políticas al cine, pasando por la televisión, los videojuegos y otros.
Pero ¿dónde encontró Lewis Carroll al gato de Cheshire? La frase “Sonríes como un gato de Cheshire” era conocida en Inglaterra mucho antes de que Lewis Carroll, que nació en el condado de Cheshire, escribiera “Alicia en el país de las maravillas”. Una de las posibilidades propuestas es que existían numerosas vaquerías en la zona y que los gatos eran felices con semejante abundancia de leche y nata. Según el “Brewer’s Dictionary” (Diccionario Brewer): “No se ha encontrado una explicación plausible para esta frase, pero se dice que en Cheshire se vendía un queso en un molde con forma de gato que parecía estar sonriendo. La tradición mandaba que el queso se cortara a partir del rabo; por lo tanto, lo último que se comía era la cabeza del gato sonriente”.
Alicia y el gato, de David Geoffroy
En 1853, doce años antes de la publicación de la novela, el escritor inglés Samuel Maunder avanzó la teoría de que la frase se debía a los intentos fallidos de un pintor para dibujar un león rampante en los letreros de diversas posadas. El león parecía más un gato sonriente que un león con las fauces abiertas.
El gato de Cheshire, de Arthur Rackham
Ya en 1788 se decía que “sonríe como un gato de Cheshire” de cualquiera que enseñaba los dientes y las encías cuando se reía, según Francis Grose en su “Diccionario clásico del idioma vulgar”. El escritor William Makepeace Thackeray también usó la expresión en su novela “Los recién llegados” (1855): “Esta mujer sonríe como un gato de Cheshire”.
Algunos estudiosos de Lewis Carroll creen que pudo inspirarse en una escultura de la iglesia de Croft, en North Yorkshire, de la que su padre, el reverendo Charles Dodgson, era rector y donde el autor residió entre 1843 y 1850.
El gato de Cheshire, de Sergey Tyukanov, 1994
En 1992, miembros de la Lewis Carroll Society propusieron que el gato de Cheshire estaba inspirado en la escultura de una de las columnas de San Nicolás, en Cranleigh, pueblo que el escritor visitaba a menudo cuando vivía en Guilford, aunque esta posibilidad es más que dudosa, ya que no residió allí hasta tres años después de que se publicara “Alicia en el país de las maravillas”. Otros sugieren que proviene de una talla de la iglesia de Croft-on-Tees, en el norte de Inglaterra, de la que su padre también fue rector.
Ilustración de Barry Moser
Sea como sea, el gato de Cheshire se ha hecho famoso. Alicia se encuentra con él en varias ocasiones: una, en la cocina de la Duquesa; otra, él está en la rama de un árbol cuando Alicia le pregunta qué camino debe tomar y el gato contesta, con tremenda lógica: “Depende de dónde quieras ir”, y por fin en el campo de croquet de la Reina de Corazones, donde se debatirá si una cabeza sin cuerpo puede ser decapitada.
El gato desapareciendo, de John Tenniel
Ilustración de John Tenniel
Este gato ha inspirado a numerosos dibujantes. El primero fue John Tiennel, que ilustró el libro en vida de Lewis Carroll. Este, al parecer, le dio muchísimos detalles y supervisó el trabajo, lo que indica que su gato de Cheshire es tal como lo imaginó el autor. El segundo fue Arthur Rackham, cuyas ilustraciones de 1907 revolucionaron la forma que tenía de verse el cuento. Luego hubo muchos más. Incluimos un dibujo de Barry Moser, que ilustró el libro en 1982 y ganó el Premio del Libro Americano al Mejor Diseño e Ilustraciones en 1983. También hemos incluido un dibujo del pintor surrealista ruso Sergey Tyukanov y del dibujante David Geoffroy.
El gato de Cheshire, de John Tenniel
Whoopi Goldberg como el gato de Cheshire
En los años sesenta y setenta del siglo pasado, Lewis Carroll volvió a ponerse de moda y con él, el gato sonriente. Pero antes, en 1951, Disney hizo una adaptación animada de la novela donde el gato de Cheshire era un personaje inteligente y travieso que a veces ayudaba a Alicia, y otras, la metía en líos. En la adaptación televisiva de 1999, Whoopi Goldberg encarna al gato, un aliado y amigo de Alicia. En la película de 2010 dirigida por Tim Burton, el gato de Cheshire también se llama “Chess” y tiene la facultad de hacer desaparecer lo que le rodea.
La cabeza del gato, de Arthur Rackham
Talla de la iglesia de San Nicolás, Cranleigh, Inglaterra
Para terminar, reproduciremos parte de una conversación entre Alicia y el gato, cuando intenta convencerla de que todo el mundo está loco y ella le pregunta: “¿Cómo sabe que usted está loco?” “Para empezar, un perro no está loco”, contestó el gato, “¿estás de acuerdo?” “Supongo”, dijo Alicia. “Pues bien”, siguió diciendo el gato, “un perro gruñe cuando se enfada y mueve el rabo cuando está contento. Pero yo gruño cuando estoy contento y muevo el rabo cuando me enfadó. Por lo tanto, estoy loco”.