El gato de galleta

Ayer por la tarde estuvimos haciendo galletas con mi querida hija. Ella las hacía en forma de estrellas, letras, corazones… mientras que yo preferí hacer una en forma de gato. Para eso soy eso, un gato! Y, como gato que soy, al parecer deambulo por los tejados bajo la luz de la luna o de las estrellas cada noche. Dicen de mí que soy un gato solitario, taciturno, cariñoso, independiente y amante de sus espacios. Ahora reflexiono si así aún lo soy o si alguna vez lo fui! Pero si así fui, qué pasa cuando ese gato no pierde su capacidad de ver la luna, se hace torpe en la oscuridad y le cuesta saltar de tejado en tejado…

Seguramente a todos los gatos les pasa eso en algún momento dado de su vida! Cuántas veces me sentí así en mi vida pasada, cuántas noches en los tejados me perdí en dulces nostalgias y en mis sueños por cumplir! Pero, precisamente, sé que soy un gato porque no puedo vivir así! Me gusta jugar con las madejas de lana, me gusta brincar cuando algo que se mueve rápidamente ante mi provocándome mi curiosidad y mis ganas de jugar! Me gusta relamerme plácidamente mi pelo mientras estoy sentado en mi propio rincón y me siento admirado, en silencio! Me gusta restregar mi lindo y suave pelaje en las piernas de la persona que amo! Me gusta que me acaricien cuando necesito amor y ronroneo para agradecerlo y para devolver, a la vez, amor. Me gusta recostarme a los pies de quien me ama! Salgo despavorido cuando alguien me quiere mal! Si alguien me ataca, se eriza mi piel y se arquéa mi espalda, aunque, con el tiempo, he aprendido a no defenderme con las uñas y entender que seguramente mi atacante tiene más miedo de mí, que yo de él! Aúllo cuando creo que no se me escucha o cuando la luna rememora a alguien lejano o ausente! Me gusta fijar mi linda mirada en quien amo para sentirla mejor… siempre y para siempre cerca y que sienta también mi amor!

Pero hoy no sé si los gatos de galleta son iguales que los gatos de verdad! Me han dicho que los de galleta son dulces, porque saben a mantequilla y a miel o canela! También me han contado que necesitan del calor de una mirada amada para sentirse bien! Y también comentan de ellos que, cuando están anamorados, se pierden en la oscuridad, dejan de saltar por los tejados y maúllan sin parar, esperando que vuelva su amada luna, esa que ilumina su noche más larga y remueve todo su corazón dulce de galleta!

Y así tal vez soy solo yo, un simple gato, al que le pusieron un enorme corazón de galleta y que, hoy más que nunca, sueña compartir una sola mirada de ella para redescubrir, vivir y poder compartir su verdadero amor!

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