Revista Arquitectura

El Gato Negro, mantelería, jerséis, sábanas de algodón …

Por Enrique23
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(Foto: © Enrique F. Rojo, 2015)

Gatos de Madrdid

De los oriundos de Madrid muchos se han referido como gatos y así ha quedado el término como uno de sus gentilicios más festivos.

Aunque dice una leyenda local que en la conquista de Madrid, en tiempo del Rey Alonso VI de León, fue la habilidad gatuna de un soldado que trepó la muralla  la que dio por llamar así a los madrileños, podría valer cualquier otro argumento para dar por justificado el mote.

Gatos noctámbulos

Por ejemplo, el gusto de los habitantes de la villa por recorrer de noche sus calles. Hábito que aún hoy se conserva y legitima el apelativo. Ya se sabe que la noche es el territorio del género felino o, mejor, de la especie felina,así no hay duda,  especialmente en Madrid, capital del reino, donde a pesar de pacata y monacal, la vida licenciosa y libertina se ejercía tras el ocaso con fruición, atrayendo a gentes de todas partes.

Esta tesis inventada podría valer, con muchas licencias, para acreditar etimológicamente el origen gatuno de los madrileños de antaño que, enmascarados en la oscuridad de la noche serían gatos negros; más gatos aún, pués sabemos que de noche todos los gatos son pardos.

El gato Negro …

El Gato Negro de la calle de Bravo Murillo, número 164, vende uniformes, chandals y polos de colegio. No en vano se encuentra a pocos metros del C.E.I.P. Jaime Vera, extraordinaria muestra de arquitectura escolar debida a Antonio Flórez Urdapilleta, arquitecto vinculado a las construcciones escolares desde los años 20 hasta la Guerra Civil  que dirigió el Departamento de Construcciones Escolares del Ministerio de Instrucción Pública de la II República Española donde ejecutó múltiples trabajos en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid como los grupos escolares Menéndez Pelayo, Joaquín Costa, Concepción Arenal, Pérez Galdós y Pardo Bazán.

… el colegio  y la Residencia …

De los edificios proyectados por Antonio Flórez se conservan los ya citados grupos escolares y los Pabellones Gemelos y el Pabellón de Laboratorios o Transatlántico (1913) , de la Residencia de Estudiantes, en la calle Pinar, en la llamada por Juan Ramón JiménezColina de los Chopos“.

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C.E.I.P. Jaime Vera, extraordinaria muestra de arquitectura escolar debida a Antonio Flórez Urdapilleta.   (Foto: © Enrique F. Rojo, 2008)

El Gato Negro, mantelería, jerséis, sábanas de algodón …

En la calle de Bravo Murillo, número 164, trás el escaparate de amplia vitrina y chillones marcos amarillos se ofrece interesante género de ese que a menudo no sabemos dónde encontrar. A parte de los chandals de algodón, tactel y, quién sabe si todavía quedan muestras de aquellos de aspuma azul con rayas laterales blancas que se disolvían con el calor y/o el rozamiento, encontramos pijamas 100 % algodón, mantelería fina, jerseis o “jarsei” que dicen alguno/as (los mismo/as que confunden  Majadahonda con “majalonda“, refiriéndose a la primera, aunque ambas existan) y ricas sábanas de apretado algodón, también cien por cien. He dicho apretado algodón.

Las sábanas de algodón cien por cien en su modalidad apretada, densa o compacta constituyen un placer excelso e indiscutible. Eso creo yo.

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El Gato Negro, Bravo Murillo, número 164, con calle Ávila. (Foto: © Enrique F. Rojo, 2007)

Telas de algodón

Para todos aquellos que hayan tenido el infortunio relativo de dormir en una cama de un hospital público o la suerte indiscutible de hacerlo en un hotel de más de tres estrellas, la pregunta es la misma: ¿dónde venderán esas sábanas tan acogedoras? Seguramente es un truco de ambas instituciones para que no te vayas y el secreto forme parte de la conspiración. Porque te necesitan.

Pués bien, con toda probabilidad en el Gato Negro las tendrán. Igual que tienen camisas de hombre, ropa de mujer, vestuario laboral, excelentes monos de trabajo azules  y …, en fin,  muchas sorpresas dignas de un noctámbulo gato negro.

El Gato Negro, con sus telas de algodón, se encuentra en los bajos de un bonito edificio de elaborados aparejos de ladrillo de hace más de un siglo (c. 1900). Sin saber a qué fecha se remonta el origen del establecimiento, si parece que debió de llegar al viejo inmueble cuando todavía no aparentaba vejez alguna. Más de medio siglo, seguramente mucho más.

Otros Gatos Negros

En Madrid hay por lo menos dos Gatos Negros más. En Alcalá 39, una administración de lotería que con su nombre conjura retóricamente la falta de suerte con la fortuna en una divertida paradoja; y un histórico almacén de lanas nacido en Valencia que llegó a Madrid, a la calle de la Paz, en 1915, para establecerse definitivamente en la calle de la Sal, Plaza Mayor,  en 1919. Según cuentan, de este comercio, bastante grande en su origen, apenas queda una cuarta parte. El resto se ha vendido y se ha convertido en una tienda de bisutería y en una panadería belga.


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