El gato pescador, Prionailurus viverrinus, es más grande que el gato doméstico y está adaptado para cazar peces en riachuelos. Su tamaño oscila entre 57 y 115 cm de largo, con una cola entre 24 y 40 cm y un altura de unos 40 cm. Puede llegar a pesar 16 kilos. Las patas son relativamente cortas y la cabeza, ancha. El pelo es grisáceo con rayas marrones que van de la frente al final del cuello y manchas pardas repartidas por el cuerpo.
Distribución del gato pescador
Es otro felino que desmiente la creencia de que a los gatos no les gusta el agua. Es un nadador potente y puede recorrer distancias nada despreciables bajo el agua. En muchos casos se limita a pescar en aguas poco profundas, pero en otros se sumerge totalmente para atrapar peces con sus patas delanteras. Según un estudio llevado a cabo en India durante un año, se alimenta básicamente de peces, que representan el 76% de su dieta, así como de pájaros acuáticos, insectos y algunos roedores.
Tiene dos peculiaridades: las patas delanteras parcialmente palmeadas, con garras que no son del todo retráctiles y dejan una huella muy característica, así como dos capas de pelo. La primera, que está más cerca de la piel, es extremadamente densa y corta, impidiendo que penetre el agua y protegiéndole en aguas frías. Una segunda capa de pelo más largo y mucho menos denso nace entre la primera.
Vive en regiones del sureste de Asia, el norte de India y Sri Lanka. Suele encontrarse en zonas pantanosas, manglares y áreas de vegetación densa cerca de ríos y riachuelos. Se le ha visto a 1.525 metros de altura en el Himalaya indio entre los matorrales que bordean los riachuelos e incluso en hábitats muy degradados cerca de estanques de acuicultura.
La identificación del gato pescador es difícil debido a su parecido con el gato leopardo (Prionailurus bengalensis), cuya distribución es mucho mayor. El aspecto de los cachorros es casi idéntico.
Se cree que son poliestrales, es decir que tienen varios celos al año, como el gato doméstico. También se habla de un maullido característico durante el celo, pero hasta ahora no ha sido descrito ni grabado. Preparan guaridas entre los matorrales, los juncos, las grietas o troncos huecos en lugares apartados. Se han avistado cachorros en los meses de abril y junio. Las camadas pueden ser de uno a cuatro cachorros, pero suelen ser de dos. El periodo de gestación dura de 63 a 70 días y los gatitos pesan unos 170 gramos al nacer. Abren los ojos al cabo de unas dos semanas y empiezan a comer carne a los 53 días. El destete tiene lugar de cuatro a seis meses después de nacer y suelen independizarse entre el año y año y medio.
El gato pescador es bastante común en el este de India y Bangladesh, pero es cada vez más difícil avistarlo en el resto de las zonas que solía ocupar. Todo sugiere que la población ha bajado de forma significativa en los últimos diez años, e incluso en humedales protegidos y zonas reservadas al estudio del felino, los investigadores no han podido documentar su presencia.
Actualmente, los manglares de la isla de Java, que son su principal hábitat, cubren menos del 11% de la superficie que ocupaban originalmente. Los pesticidas usados en los arrozales contaminan las presas del gato pescador y se sabe que se les caza y pone trampas. En Camboya se le cazaba y comía incluso en zonas protegidas donde era habitual encontrar trampas. Hacía una década que no se avistaba un gato pescador en este país, pero en septiembre pasado, un investigador consiguió varias fotos demostrando que aún sobrevive en algunas zonas del país.
En un estudio realizado en Tailandia, se descubrió que de 19 gatos pescadores a los que se les había colocado un collar de seguimiento, nueve habían sido matados por furtivos. En este país se ha conseguido que las autoridades lo incluyan en su política de protección de recursos naturales, además de realizar una amplia campaña de concienciación entre la población.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) le ha incluido en su lista de especies en peligro en su hábitat natural y que podría estar en peligro de extinción en un futuro próximo. La mayor amenaza es la creciente pérdida de humedales incluso en zonas protegidas, además de la caza furtiva. Se han establecido proyectos para la conservación y protección no solo del gato pescador, sino también de los humedales donde habitan, además de haberse declarado ilegal su caza y captura. Sin embargo, la caza furtiva sigue existiendo, como lo demuestra la venta de su piel en algunos mercados.