El gen de la estética

El otro día me hablaron del gen de la estética. Yo ni sabía que existía pero, por lo visto, en el cromosoma X hay parte (supongo que esa pata que le falta a la Y) especializada en combinar colores, ropa, zapatos y bolsos; esta proteína nos da a las mujeres un gusto especial para decorar casas y un sexto sentido para saber qué sillón va con qué cortina y qué lámpara con qué sofá. Hay muchos que incluso creen que en este cromosoma las mujeres también tenemos una debilidad innata por la cocina y los niños. Es así, y que las feministas no se echen las manos a la cabeza, que no se escandalicen. Deben saber que la naturaleza es sabia y a cada género nos ha dado una especialidad para mantener el equilibrio natural de las cosas. Que no se pongan histéricas estas exacerbadas feministas, no quiero decir que las mujeres seamos menos listas; simplemente que debemos dedicarnos a lo nuestro, a cocinar, a educar a nuestros hijos, a cuidar a nuestros maridos y, en el caso de que se nos ocurra salir a trabajar fuera, independientemente del puesto que ocupemos y de la organización para la que trabajemos, a recibir piropos y a dar opinión sobre cuestiones estéticas. El resto queda para ellos.