Caminaba despreocupado y sin rumbo. ¿Qué cómo lo sé? Muy fácil. Iba dando puntapiés a las latas que encontraba a su paso y además iba y venía una y otra vez por las mismas calles.
- Oiga jefe, a eso se le llama deambular.
- En primer lugar: yo sólo mando en mi casa cuando no está mi mujer, mis hijos, el perro que no tengo, mi nieto y además, no me han dejado ninguna nota con las instrucciones. Y en segundo lugar: ¿Acaso es usted un diccionario que ha incorporado el Windows Live Writer este?
- No, no. Si yo lo decía por precisar.
- Pues vaya usted a precisar a la concha de su madre.
- Mi madre no se llama Concha.
- Yo tampoco soy argentino, pero a veces ejerzo.
Bueno, pues que el hombre iba dando patadas a las latas que encontraba a su paso. Y esa fue su perdición.
- Disculpe. ¿Iba dando patadas o puntapiés? Es que no es exactamente lo mismo, y en aras de la precisión debería usted elegir una de las dos opciones.
- Pues mire, para ser preciso: béseme usted el anillo (diminutivo de ano).
- ¡Por Dios, como se pone por una pequeña puntualización!
Al golpear con la punta del pié (a ver si evito una nueva intervención del gaznápiro este)…
- Disculpe de nuevo, pero si me ha querido llamar entrometido, pesado, o cualquier otro adjetivo de esa jaez, se ha equivocado usted. Gaznápiro significa: Palurdo, simplón, torpe, que se queda embobado con cualquier cosa. Y no es mi caso.
- Pues mire no. Le he querido llamar gaznápiro y ababol y sansirolés y tontolculo y parapoco y …
- Pare, pare. Cuando quiera escribir una relación de cosas, debe hacerlo separando cada elemento con una coma y sólo el penúltimo y el último los enlaza con la conjunción copulativa “y”, o en su caso, si procede, “e”.
- ¡Pues eso coño! ¡Váyase usted a copular con la “y” o con la “e”, pero que le den!
Pues nada, que les iba a contar yo una historia de un tío que le daba una patada, perdón un puntapié a una lata y salía un genio y le ofrecía tres deseos. Pero el cabronazo este me ha puesto de un mal genio que ya no me sale.
- Utilizar la palabra genio en dos frases consecutivas, resulta cacofónico. Le sugiero que en la segunda utilice un sinónimo: “… me ha puesto de una mala leche que ya no me sale”.
- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… mil trescientos diecinueve, mil trescientos veinte, mil trescientos veintiuno…
Otra vez será y procuraré que el hideputa este no esté mirando.
- Hideputa es un término que aunque lo recoja el D.R.A.E., ya éste (yo seguiré poniendo la tilde) advierte que está en desuso. Si lo ha utilizado como eufemismo se ha vuelto a equivocar, pues resulta igual de malsonante. Podría utilizar: hijo de mala madre, hijo de su madre o cualquiera de los muchos eufemismos que existen a tal fin.
- Si le dijera todo lo que se me viene a la boca me cerraban el blog y me metían en la cárcel.