Según una investigación de 2018 realizada por Global Witness con el diario británico The Guardian, durante 2017 América Latina mantuvo el primer lugar en el ranking de asesinatos de personas defensoras de la tierra y el ambiente. La agroindustria es el negocio con el que más se relaciona el asesinato de activistas, superando incluso a la minería, y juntas representan el 60% de los asesinatos.
En 2017 fueron asesinados 197 defensores del ambiente y el territorio. Al menos 4 murieron cada semana. Brasil, México y Colombia los países más peligrosos. A su vez, la defensa de parques nacionales continúa siendo uno de los trabajos más peligrosos del mundo, con 21 asesinatos vinculados con la caza ilegal.
A nivel mundial Brasil, con 46 asesinatos fue, una vez más, el país más peligroso para los defensores, seguido de Filipinas (41), Colombia (32) y México (15).
Pero los asesinatos solo representan el extremo de una serie de tácticas utilizadas para silenciar a los protectores de la naturaleza, que incluyen amenazas de muerte, arrestos, agresión sexual, secuestros, multas, ataques legales, desplazamientos forzados, estigmatización mediática, robos y lesiones personales. Esta situación se extiende a otros lideres sociales como la denuncia de Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH sobre el asesinato de 14 defensores de los derechos humanos desde el inicio de 2017.
Sin embargo, las estadísticas de asesinatos superan a estos informes de las organizaciones citadas. Hay muchos mas que no han sido contabilizados: Por ejemplo los asesinatos de periodistas en México y de políticos durante las recientes elecciones. Asimismo,en Colombia otros grupos que han presentado datos son el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Marcha Patriótica y la Cumbre Agraria. Según sus informes, alrededor de 98 líderes sociales han sido asesinados en Colombia durante este 2018, principalmente en las zonas de Arauca, Cauca, Antioquia, Norte de Santander, Santander, Valle del Cauca, Nariño. (Segun a Fiscalía General colombiana ya había reportado que solo entre enero y julio de 2016 se registraron 181 asesinatos de este género).
El balance más preocupante es uno de la Defensoría del Pueblo, según el cual entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de junio de 2018 fueron asesinadas 311 personas dedicadas a estas labores.
La situación mediática en América Latina sobre estos hechos es de ocultamiento. A pesar de la sangría no existen investigaciones serias que muestren el real cuadro de la situación en cada país por lo que se puede presumir que la cifra real de asesinatos es muy superior,sin hablar ya de los delitos asociados a las tácticas de silenciamiento, como el secuestro, las amenazas, etc.
Fuente : Exterminio de líderes sociales: una nube tóxica sobre América Latina
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