Deslumbrados por las simetrías de la decoración del Alcázar no debemos perdernos el Salón de los Tapices del Palacio Gótico. El Emperador Carlos V fue educado en Flandes donde la tapicería alcanzó el máximo nivel. Palacios e iglesias españolas se poblaron de grandes tapices.
La serie de la Conquista de Túnez es una colección majestuosa por sus dimensiones y calidad de los cartones. Nos fijamos en el tapiz geográfico donde el cosmógrafo con compás nos indica la importancia de la geometría (geodesia) para el imperio. La leyenda es deliciosa: el tapiz es previo a los otros, no hay aventura militar sin la preparación adecuada con el arte geométrico.
No hay mapa perfecto que pueda reflejar en un plano la figura de la Tierra pero los portulanos mallorquines se ganaron merecida fama como imprescindibles para la navegación. La proyección de Mercator, aunque desarrollada en Flandes en la época no estuvo disponible para cartas náuticas hasta mediados del siglo XVII.
El delicioso tapiz mapa muestra el Mediterráneo Occidental visto desde Barcelona, a la inversa de lo habitual, y dibuja las Rosas de los Vientos y las líneas de rumbo.
La ciencia matemática española había entrado en decadencia tras la brillantez arábiga pero todavía había sacado fuerzas para desarrollar y enseñar el arte de navegar, inseparable de la aventura americana. Sevilla merecía este tapiz.