La policía se incautó en su domicilio de vídeos y fotografías pornográficas donde se veía a niños realizando diversas prácticas sexuales
La Audiencia de Valencia ha condenado a 53 años y nueve meses de prisión al gerente de un club deportivo y social de Paterna, ubicado en la zona residencial de La Cañada, por corrupción de menores y abusos sexuales sobre un total de 11 víctimas de entre 10 y 13 años. El condenado, Leocadio Gracía Bou y que en la actualidad tiene 64 años, deberá además indemnizar a sus víctimas con un total de 105.000 euros; con cantidades que oscilan entre los 5.000 y los 20.000 euros para cada una de ellas. Fueron los niños los que alertaron a sus padres de lo que estaba ocurriendo.
Leocadio trabajaba en este club desde el año 1984. El alto tribunal considera probado que el gerente trataba asiduamente a los niños de los socios del club para facilitarles el acceso a las instalaciones y servicios. Entre los años 2007 y 2008 “mantuvo conversaciones sobre contenido sexual con algunos de estos niños de entre 10 y 13 años de edad y en el transcurso de estas les incitaba a masturbarse y les mostraba imágenes pornográficas y películas en las páginas web a las que accedía a través del ordenador que poseía en su despacho del club, llegando a mostrarles sus propios órganos sexuales, masturbándose en alguna de las ocasiones, llegando a eyaculas en alguna de ellas”. El relato de la sentencia avanza en las prácticas de un gerente que solía a apartar a menores en diferentes lugares del club para realizar actos más graves como tocamientos y abusos sexuales varios. Fueron los propios niños los que decidieron contar lo que ocurría a sus padres. La denuncia permitió a la policía recuperar del despacho del gerente abundante material pornográfico – videos y fotografías, principalmente – con muchas escenas en las que se veían a menores en prácticas sexuales. El instructor elevo acusación por nueve delitos de exhibicionismo y diez delitos de abusos sexuales. Durante la instrucción y la vista oral, el gerente negó los hechos y afirmó que eran los menores los que jugaban con el material pornográfico sin ser obligados. Además, negó cualquier abuso. El testimonio de las víctimas, así como los informes psicológicos encargados a los peritos, sirvieron al juez para determinar la culpabilidad del acusado. LA VANGUARDIA.